Alberto Abad desembarcó en la AFIP en enero de 2002 durante la administración Duhalde. Antes fue Síndico General de la Nación (SIGEN) e interventor del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados, entre otros cargos políticos.
De acuerdo a allegados, Abad –que el 31 de diciembre próximo finalizaba su mandato- se jactaba de que asumió al frente de la AFIP solitariamente (arribó sólo junto al responsable de la Subdirección General de Coordinación Técnico Institucional, Ernesto Donato, su mano derecha).
“Abad mantuvo a los 21.000 trabajadores de planta”, señalaron a Perfil.com hombres de confianza del ahora ex titular de la AFIP, que dispararon contra Echegaray al manifestar que reemplazó a “setenta y pico de funcionarios en menos de cuatro años”.
El titular de la AFIP mantiene una buena relación con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al tiempo que presumía de tener una buena imagen ante la presidenta, Cristina Fernández, por los éxitos de su gestión al frente de la recaudación impositiva.
Por su parte, Echegaray llegó a la dirección de Aduanas tras varios años trabajando en las delegaciones aduaneras del sur del país. De allí conoce al ex presidente Néstor Kirchner, con quien comparte su militancia política.
En julio de 2004, Kirchner lo trajo a Buenos Aires para sustituir al ex director de Aduanas José Sbatella, quien dejó su cargo luego de un pedido expreso de Abad. En aquel entonces, la salida del antecesor de Echegaray también fue con escándalo. La historia se repitió en 2008.