El equipo económico del gobierno nacional continúa con las conversaciones para avanzar en nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para darle una solución al endeudamiento récord de 44 mil millones de dólares que tomó la gestión de Mauricio Macri, pero hasta el momento queda pendiente cómo cerrar el camino fiscal que tendrá que hacer el país para llegar a un nuevo convenio, que implicaría una férrea disciplina en el manejo de las cuentas pública y la política monetaria.
Fuentes de gobierno consultadas por PERFIL admitieron que “la proyección de la evolución del balance de las cuentas públicas es uno de los aspectos que sigue siendo motivo de evaluación entre los técnicos del equipo económico y del Fondo Monetario”.
“Hay que establecer parámetros que se puedan cumplir, para que no haya después sorpresas tanto de un lado como de otro”, definió un funcionario de la Casa Rosada, ratificando de esta forma las consideraciones que expresó el ministro de Economía, Martín Guzmán, hace tres días en un reportaje realizado en un canal de televisión.
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Según pudo averiguar PERFIL, la mayor dificultad está en el equilibrio fiscal que debería asegurar el país en un nuevo acuerdo, en este caso denominados Facilidades Extendidas, ya que el mismo será por diez años y precisamente, las diferencias se concentrarían en el período en el cual la Argentina se comprometería a reducir sus desequilibrios.
El objetivo del gobierno es estirar el plazo de conversión a la sustentabilidad fiscal y allí hay diferencias con los técnicos del FMI, ya que existen insistentes rumores que el organismo presiona para que la Argentina alcance el equilibrio presupuestario en dos años.
Pero también hay un tema que en estas conversaciones con el FMI se ha planteado y aún no está resuelto, que el tema de la evaluación de la sustentabilidad y si se incluirá o no en la misma el balance del Banco Central.
Hasta ahora el FMI no incluía en sus evaluaciones el déficit cuasifiscal dentro de lo que se llama las evaluaciones sobre los programas de sustentabilidad, pero habría un cambio que concretaría el organismo a partir del próximo año.
Precisamente, se buscaría un mayor control sobre la política monetaria a través de las revisiones técnicas que realiza el organismo.
Déficit cuasifiscal del Banco Central de la República Argentina
Desde hace varios años el Banco Central de la República Argentina tiene déficit cuasifiscal, es decir, un desequilibrio que está marcado por las colocaciones de títulos que tiene que hacer para “esterilizar” del mercado el sobrante de pesos circulante que forman la emisión monetaria.
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Durante mucho tiempo ese déficit cuasifiscal estuvo conformado por el esquema de colocaciones de las famosas Lebac, que fueron uno de los elementos del fracaso de la política económica del gobierno anterior, y ahora son las Leliq.
“No hay, por el momento, novedades al respecto”, se limitó a decir otra fuente oficial acerca de la inclusión que busca realizar el FMI en cuanto a las nuevas supervisiones que abarcará un nuevo acuerdo entre la Argentina y el organismo.
Ese es un tema complicado para el Gobierno en este momento e incluso hacia delante, ya que implicaría un cierto freno a la emisión monetaria, un aspecto que la actual gestión ha sido muy criticada por la expansión de la misma.
Por otro lado, en el mercado se especula con que algunos aspectos ya habrían sido acordados entre el Gobierno y el Fondo Monetario.
Uno de esos aspectos centrales sería la tasa de interés que tendría el nuevo convenio, que en principio bajaría de un cuatro por ciento a un nivel levemente superior al uno por ciento.
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Los comentarios surgieron a partir de una nota periodística que asegura que sobre ese tema hubo intensas gestiones que realizó David Lipton, principal asesor del Tesoro de Estados Unidos, y quien se desempeñó como número dos del FMI durante la gestión de la ex titular Christine Lagarde.
Precisamente, ese mismo funcionario, mencionado en su momento como uno de los impulsores del polémico acuerdo entre Argentina y el FMI durante el gobierno de Mauricio Macri habría mantenida diversas conversaciones con Kristalina Georgieva y otros integrantes del staff del Fondo para llevar adelante esa posibilidad de reducción de tasa para Argentina.
Igualmente, el tiempo de todas estas gestiones son más extensos de lo que se presumía y el reloj corre, ya que el próximo 22 de septiembre Argentina deberá enfrentar un vencimiento de 1.800 millones de dólares con el organismo, y el 22 de diciembre otro similar, ambos correspondientes al stand by del gobierno anterior.
Por lo pronto, la Argentina ya tiene en sus reservas el envío de 4.334 millones de dólares que concretó el lunes el FMI como parte de su estrategia global para asistir a los países integrantes del organismo tras la expansión de la pandemia.
LR CP
