Ante el inminente ingreso de las low cost, la reducción de $ 800 millones en subsidios y el cierre de sucursales –como la agencia de General Roca, en Río Negro–, PERFIL entrevistó al director de RR.HH. de Aerolíneas Argentinas, Juan Uribe, y le consultó por el futuro de la compañía.
“Que venga más competencia no es un problema porque les brinda a los usuarios mayor conectividad”, sentenció el directivo aunque reconoció que “tal vez haya un poco menos de participación del mercado”.
Sobre la reestructuración en materia de RR.HH., dijo: “No vamos a hacer cambios. Seguiremos en la misma línea y trabajaremos más en la productividad”, y dio un “no” categórico al ser consultado por posibles despidos fruto del recorte presupuestario. La charla se dio en el marco del ciclo de actualidad IAE “Mirando lejos en un nuevo año electoral”, donde el directivo se explayó sobre “Cómo procesar las dudas y pasar a la acción, con la necesidad de apostar a un futuro mejor que no parece posible a pesar de las riquezas recibidas”.
—¿Cómo planea el año 2017 con el amplio recorte de subsidios?
—No vamos a hacer cambios. Seguiremos en la misma línea y trabajaremos más en la productividad, que es el gran desafío para que la compañía funcione mejor y logre incrementar en un 40% la cantidad de pasajeros de aquí a cuatro años.
—Con el ingreso de las “low cost” va a haber una gran competencia de mercado. ¿Cómo lograrán ese objetivo?
—Que venga más competencia no es un problema porque les brinda a los usuarios mayor conectividad. Creo que, por el contrario, la va a hacer más competitiva y fuerte. Es una cuestión de ofertas, tarifas, oportunidades y conexiones. Tal vez haya un poco menos de participación del mercado pero la torta será más grande porque la gente que no viajó nunca en avión lo va a hacer.
—¿Van a rever las rutas de cabotaje?
—No, para nada.
—Están auditando a los empleados. ¿En qué consiste y cómo avanza?
—No es una auditoría sino un trabajo constante de gestión. Se trata de una iniciativa que estuvo haciendo el equipo de Isela (Costantini) durante el año pasado y que continúa. Es la labor de una compañía que a lo largo de los años fue muy maltratada, que no está acostumbrada a rendir cuentas ni a controlar gastos.
—¿Qué piensa de la condición laboral de los pilotos?
—Tienen una muy buena condición laboral. Ellos están muy contentos. De todas maneras, considero que es muy difícil hacer una comparación asertiva. Se puede evaluar “cuántos pilotos se deben tener por pasajeros”, pero no es lo mismo estar en el centro que en el fin del mundo. En Argentina el destino es “terminal”, a diferencia de otros países del centro, que actúan con conexiones. La segunda comparación podría ser “evaluar a los pilotos por cantidad de aviones”. Aerolíneas tiene tres flotas distintas, por eso creo que se hacen muchas simplificaciones sacadas de contexto.
—¿Qué pasa con las sucursales que se cierran o trasladan?
—La compañía todavía tiene oficinas de venta al público y la gente cada vez compra menos físicamente; un 45% compra online y otro porcentaje importante, por agencias. Una sucursal significa costos, alquiler e impuestos y, en el caso de que haya que cerrarlas, se reubica a la gente.
—¿Van a achicar personal?
—No.
—Con esta reestructuración, ¿podrían seguir con la modalidad de retiros voluntarios?
—Ya hubo retiros voluntarios en el último año y medio. En 2016 hubo alrededor de 300.