La escasez de dólares seguirá marcando el futuro de la política económica. Con menos divisas porque las exportaciones están estancadas, el Gobierno sólo puede mitigar los problemas cambiarios frenando el gasto de los argentinos en el exterior, una de las vías por las que mes a mes se siguen yendo dólares de las reservas del Banco Central. Por eso, ya no sólo se estudia aumentar el recargo impositivo a las compras con tarjeta fuera del país, sino que ahora también se analiza fijar directamente un cupo anual para ese tipo de gastos.
Así lo confirmaron a PERFIL fuentes del Ministerio de Economía y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que precisaron que la Casa Rosada aplicaría esas medidas a principios de noviembre, de forma tal de asegurarse un colchón de dólares como para afrontar con algo más de oxígeno dos años con vencimientos de deuda por más de US$ 15 mil millones que ponen en aprietos el modelo. En esa línea, además, se estaría terminando de decidir una prórroga del blanqueo (ver aparte) que aporte algún dólar más a las reservas.
El cupo no evitaría, además, que se incremente también cinco o diez puntos porcentuales más el anticipo del impuesto a las ganancias, que hoy está en 20% y que en los hechos funciona como un tributo, ya que poca gente reclama el reintegro para evitar quedar en el radar de los sabuesos.
"Se están analizando medidas, es lo único que puedo decir. Solamente analizando, nada más", dijo uno de los principales integrantes del equipo económico, tema que también fue admitido por un asesor de la AFIP. En rigor, si sólo se retocara el recargo, como ya ocurrió hace cuatro meses (cuando pasó de 15% a 20%), no alcanzaría para desincentivar el gasto argentino en el exterior, porque sigue siendo negocio dado que la brecha entre el dólar oficial y el paralelo sigue en torno al 60%. Un cupo daría más tranquilidad al Gobierno, ya que pondría un techo a un gasto creciente.
Tampoco se ha definido aún si, tal como se aplica actualmente, las restricciones del cupo abarcarían o no a los consumos que hagan los ciudadanos con tarjeta en las compras por internet desde la Argentina.
Hace tiempo que el turismo saca más dólares de los que aporta al balance de pagos. “La Argentina gastó unos US$ 4.360 millones en viajes al exterior en el primer semestre y sólo recibió US$ 850 millones, indica un reporte de la consultora Economía y Regiones. “De modo que no debería sorprender un aumento en las restricciones a los viajes al exterior”, señala el documento. Sin acceso al dólar para ahorrar, hay furor por paquetes turísticos, y cualquier viaje es un tour de compras. Según datos del Banco Central, sólo en la primera quincena de septiembre el consumo de argentinos con tarjeta en el exterior llegó a US$ 380 millones. Este año ya se colocó el 20% más de plásticos y hoy hay en la calle 20 millones de tarjetas. El 75% de la gente tiene más de una.
Modelo. La iniciativa de aplicar un cupo a los gastos con tarjeta en el exterior ya está vigente en Venezuela desde comienzos de la década de 2000. Allí, en este momento hay un tope de hasta US$ 3 mil anuales per cápita para los gastos de sus ciudadanos fuera del país, con diferencias según el destino y el plazo.
La Comisión de Administración de Divisas de Venezuela (Cadivi) fijó montos que oscilan entre US$ 1.000 y US$ 2.500 para casi toda América. Por ejemplo, para viajar a Brasil o la Argentina, los venezolanos disponen de US$ 1.000 en una duración de uno a tres días; de US$ 2 mil en una duración de cuatro a siete días y US$ 2.500 de ocho días en adelante. El cupo máximo de US$ 3 mil es para viajes a Europa, Asia, Africa y Oceanía por más de siete días.
Sin más detalles, aquí el Gobierno estudia un esquema similar, “aunque con topes más elevados”, aclaran. Y sí se especifica que habría cupos diferentes según el destino. De hecho, hoy ya existe un tope escalonado según el destino pero para las extracciones por adelantos en cajeros automáticos, de US$ 150 por persona por mes en el caso de países limítrofes, y de US$ 800 por persona por mes para otros lugares más lejanos. “No me sorprendería este tipo de medidas, que es una decisión sumamente equivocada”, aseguró Camilo Tiscornia, ex funcionario del Banco Central y actualmente consultor.