Aunque el mundo todavía no superó la crisis provocada por la salvaje especulación inmobiliaria y financiera de los años 2002 a 2007, los mercados comenzaron a agitarse con una nueva burbuja que crece a ritmo vertiginoso: impulsado por los bancos de negocios y fondos de inversión, que encontraron un nuevo filón de rentabilidad, el mercado de materias primas registró en los últimos meses una evolución que, según los expertos, sólo se explica por la especulación.
Desde principios de año el barril de petróleo ganó 31%, el cobre subió 57%, el zinc 37%, el hierro 10%.
Los metales, en promedio, aumentaron 17%. Lo mismo ocurrió con el precio de los cereales –que se incrementó 16% en el caso del trigo, 21% el maíz, 33% la soja–, el café arábigo (27%) y el azúcar (36%). Los productos alimentarios subieron en conjunto 17%.
Esa estampida general de precios fue reflejada por dos barómetros significativos: el índice general de precios de productos básicos (commodities) de Index Mundi, que había llegado a su punto más bajo en marzo, ganó 17% en los últimos tres meses; y el índice de materias primas industriales (raw materials) subió 11%.
La nueva euforia de precios anticipa las expectativas del mercado en previsión de la reactivación económica que se producirá cuando termine la recesión. Los expertos sitúan la salida de la crisis entre fines de 2009 y mediados de 2010.
Pero esa escalada refleja sobre todo un nuevo fenómeno de especulación alimentado por los Exchange Traded Funds (ETF) especializados en materias primas.
Los ETF no son otra cosa que fondos de inversión indiciales, es decir concebidos para replicar el comportamiento de un índice bursátil, obligatorio o de commodities.
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