ECONOMIA
AGRICULTURA

Caen los rendimientos por mayores malezas

La presencia de nuevas especies, cada vez más resistentes a los herbicidas, se hace sentir en los costos que insumen el control. Recomendaciones del INTA para el manejo.

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Las malezas resistentes llegaron para quedarse y ocasionan mayores gastos en el empleo de herbicidas para realizar su control. Se estima que el 35% de los costos de la soja se dirigen al combate de estos “invitados” no deseados.
“Erradicar una maleza es muy difícil”, expresó Diego Ustarroz, especialista en control de malezas del INTA Manfredi –Córdoba–, quien aseguró: “Se puede disminuir la población, y para eso es necesario minimizar la producción de semillas”.

Para Ustarroz, “la clave está en recorrer los lotes, identificar las especies y hacer un manejo de sitio específico”. Además, señaló que “conocer la historia del lote permitirá ajustar el manejo de acuerdo con la comunidad de malezas presentes, poniendo énfasis en las de difícil control”.
En los últimos años, el control químico se transformó en el método de intervención más utilizado y eficiente en la lucha contra las malezas, para lo cual es imprescindible contar con información previa y planificar para que el problema no se agrave.
Los herbicidas demostraron ser buenos complementos para el manejo de malezas. “El control debe comenzar previo a la siembra del cultivo para eliminar malezas emergidas y plantas ‘guachas’ de cultivos anteriores”, expresó Francisco Bedmar, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Unidad Integrada del INTA Balcarce (Buenos Aires).

Algunos de estos conceptos serán tratados y profundizados durante la Jornada Nacional de Malezas, que se realizará el 18 de marzo en el INTA Oliveros (Santa Fe), organizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y la provincia de Santa Fe, con entrada libre y gratuita –aunque con cupos limitados–.
De acuerdo con Bedmar, es imprescindible realizar un diagnóstico para identificar correctamente las especies de malezas presentes y determinar su estado de desarrollo y/o crecimiento antes de aplicar productos de post emergencia, en barbecho. En el caso de aplicar herbicidas preemergentes, Bedmar consideró que se debería llevar un registro de cuáles especies de malezas podrían emerger, basado en el conocimiento de la historia del lote.

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Del mismo modo, explicó que si fueran a aplicarse productos con acción residual en el suelo, deberían conocerse los períodos de espera para la siembra de cultivos subsiguientes a fin de evitar posibles efectos fitotóxicos. “Esto permitirá seleccionar adecuadamente el herbicida a utilizar”, dijo.
Las fallas en el control con herbicidas se deben a las aplicaciones tardías sobre malezas muy desarrolladas. “Esto es común en alquileres tardíos o en lotes cosechados en invierno”, explicó Ustarroz.

 

Una lista que no para de crecer

La lista de malezas resistentes se amplía todo los años –Eleusine indica, Chloris spp., Borreria verticillata y yuyo colorado, entre otras–. Desde 2005 a la fecha se confirmó la evolución de resistencia a glifosato en cinco especies, y en los últimos años se detectaron los primeros casos de resistencia múltiple a glifosato y otros herbicidas en raigrás y yuyo colorado.
Para Juan Carlos Papa, especialista en protección vegetal del INTA Oliveros (Santa Fe), la “escasez de rotaciones, la gran superficie agrícola bajo arrendamiento de corta duración y la ausencia de monitoreos influyen y permiten que el problema se agrave”.

Entre las alternativas para el manejo, Papa recomendó limpiar los vehículos, las maquinarias u otros equipos agrícolas –en especial las cosechadoras– antes de ingresar a un lote. “Resulta fundamental realizar un monitoreo frecuente de los caminos, cunetas, banquinas, baldíos y bordes”, indicó.
La resistencia de las malezas obliga a hacer un abordaje más integrado que no dependa de un solo herbicida.
Francisco Bedmar afirmó: “Aplicar principios activos con diferente modo de acción, realizar en lo posible rotaciones de cultivos, utilizar variedades de rápido crecimiento para acelerar el cierre del surco y sembrar cultivos de cobertura que demoren o reduzcan el nacimiento de la maleza son algunas posibilidades que tenemos”.