Holger Paulmann es el CEO de la aerolínea chilena Sky Airlines, puesto que ocupa desde que murió su padre, Jürgen Paulmann, fundador de la empresa y hermano de Horst. El factótum del grupo Cencosud desembarcó con Jumbo en 1982 en el país, y hoy es uno de los mayores holdings económicos de la región, con las cadenas Jumbo, Easy y una decena de shopping centers.
Ambos habían llegado a la Argentina a fines de la década del 40, y se establecieron en Buenos Aires, pero después optaron por radicarse al otro lado de la cordillera. Empezaron juntos con un supermercado en el sur de Chile, pero después cada uno siguió con sus propios negocios. Su tío se aventuró por el mundo del retail, y su padre ideó nuevas unidades de negocios, entre ellas Sky, que comenzó a operar en junio de 2002 en Chile. Su primer vuelo internacional fue hacia La Paz, en 2009, luego en 2010 sumaron la ruta Buenos Aires y Lima. Hoy cuentan con un portafolio amplio que considera Río de Janeiro, Florianópolis, Montevideo y Punta del Este.
—El gobierno de Mauricio Macri impulsa el modelo low cost. ¿Les interesa participar?
—Sí, pero creemos que es poco sustentable con las condiciones actuales.
—¿Por ejemplo?
—La restricción principal es la tarifa mínima, que es regulada. Deberían liberar la banda mínima de tarifas si quieren duplicar o triplicar la cantidad de personas que viajan a nivel doméstico en Argentina. Low cost hay en todos los países y sigue funcionando el transporte terrestre. La conectividad no solamente hay que prometerla, sino también asegurarla. Si no se cambian determinados factores, esa conectividad va a ser sólo una promesa.
—¿Espera que el Gobierno revea esas tarifas?
—Tengo entendido que la autoridad ha dicho que no van a bajar las tarifas mínimas; por ende, eso va a ser una dificultad para las aerolíneas low cost que se quieran establecer dentro de Argentina.
—¿Cómo se ve la gestión de Macri desde Chile?
—Se percibe que este gobierno está haciendo las cosas bien y está tomando una buena dirección. No obstante, tiene mucho trabajo por hacer, pero por lo menos hay más confianza en ver un ambiente de inversión más estable, en que existan, ojalá, reglas más claras de juego, porque ningún inversionista quiere entrar en el país y que en uno o dos años más le cambien las reglas.
—¿Qué hace falta?
—Todavía hace falta que una de esas reglas debe estar diseñada para incentivar la mayor competencia. No basta con atraer gente de afuera, sino que también es necesario generar un ambiente propicio para que las empresas puedan ser sustentables. Trabas como tarifas mínimas, altas tasas de embarque, monopolios en los servicios no se han cambiado, y esos son cambios que tienen que suceder para que el ambiente del transporte aéreo pueda ser competitivo, y ese escenario no se está cumpliendo.
—¿Por qué menciona las tasas de embarque?
—La tasa de embarque es un golpe gigante. Por ejemplo, la tasa desde Rosario es de US$ 70 y de Santiago son US$ 30. Esos US$ 70 es la misma tasa que se le cobra al pasajero que va a París, lo que es irracional, porque ese pasaje es mucho más caro. No es consistente la tasa que se cobra. Por ejemplo, la promoción que tenemos ahora en esa ruta son US$ 34 por tramo, y la tasa de embarque son US$ 70 en Argentina y US$ 30 en Chile, o sea, US$ 100 en tasas y US$ 68 por ticket, obviamente cuesta mucho más hacer el vuelo ida y vuelta, para un operador, que las tasas que sólo incluyen el servicio del aeropuerto, que tiene un costo muchísimo más bajo que lo que significa operar los aviones.