El Riesgo País de Argentina, medido por el índice EMBI+ del banco de inversión JP Morgan, se ubicó en los 627 puntos básicos al cierre del último día de cotización, manteniendo la tendencia a la baja que se profundizó tras el anuncio del Gobierno de volver a emitir deuda en dólares.
Este nivel lo sitúa en mínimos de las últimas semanas, lo que refleja un fuerte optimismo en el mercado respecto a la capacidad de repago del país y la dirección económica. La estabilidad en esta cifra es clave, ya que consolida a la Argentina en un escalón de riesgo intermedio dentro de la región, aunque todavía lejos del promedio latinoamericano.
A cuánto cotizó el riesgo país hoy en Argentina
Al ser domingo 7 de diciembre, los mercados financieros se encuentran cerrados, por lo que la última cotización disponible del Riesgo País de Argentina, medida por JP Morgan, es la del cierre del viernes 5 de diciembre, la cual se situó en los 627 puntos básicos.

Esta cifra representó una leve baja respecto a la jornada previa, confirmando la reacción positiva del mercado al anuncio gubernamental de la colocación de un nuevo bono soberano en dólares con un cupón del 6,5%. El valor de 627 es particularmente significativo por encontrarse cerca de sus mínimos recientes, indicando una compresión de las tasas de interés que exigen los inversores por la deuda argentina.
La evolución del Riesgo País en la última semana
La semana que culminó el viernes 5 de diciembre estuvo marcada por una volatilidad decreciente en el indicador de riesgo, con una clara tendencia a la baja. A principios de la semana, el índice se ubicaba en la zona de los 647 puntos básicos, pero el impacto del anuncio del regreso a los mercados voluntarios de deuda impulsó una caída considerable, llevando al indicador a tocar un mínimo intradiario de 613 unidades el viernes, para luego cerrar en 627.
Esta baja se produjo en un contexto de fuerte suba de los bonos soberanos argentinos, tanto los emitidos bajo ley local (Bonar) como los emitidos bajo ley extranjera (Globales), que vieron incrementar su paridad y reducir su rendimiento. El optimismo se vio reflejado en el mercado de acciones y de deuda, marcando un hito al concretarse el primer paso formal hacia la normalización del acceso al crédito internacional.
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A pesar de esta recuperación, es importante notar que el nivel de riesgo país sigue siendo uno de los más altos de América Latina, muy por encima del promedio regional (cercano a los 318 puntos básicos). Países como Colombia (276) o El Salvador (351) exhiben indicadores sustancialmente menores, lo que subraya el camino que aún debe recorrer Argentina para ser percibida como un prestatario de bajo riesgo a nivel global.
Qué es el Riesgo País
El Riesgo País es un índice que mide la probabilidad de que un Estado no cumpla con sus obligaciones de deuda externa, es decir, el riesgo de default. Cuanto más alto es el valor, mayor es el riesgo percibido por los inversores internacionales y, por lo tanto, mayor es la tasa de interés que ese país debe pagar para poder endeudarse. Es una herramienta clave que utilizan los inversores para evaluar la salud financiera y la estabilidad macroeconómica de una nación antes de colocar su capital.
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El índice más utilizado a nivel mundial es el EMBI+ (Emerging Markets Bond Index Plus), elaborado por el banco de inversión estadounidense JP Morgan. Se calcula a partir de la diferencia entre el rendimiento que ofrecen los bonos en dólares de un país emergente (en este caso, Argentina) y el rendimiento de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos por un plazo similar, considerados la inversión "libre de riesgo" global. Esta diferencia se mide en puntos básicos (100 puntos básicos equivalen a un 1% de tasa de interés).
En términos prácticos, el valor del Riesgo País influye directamente en las condiciones de financiación de una nación. Un Riesgo País elevado no solo encarece el crédito para el Estado, sino que también afecta la tasa de interés a la que pueden acceder las empresas y provincias de ese país en el mercado internacional, impactando negativamente en la inversión productiva y el crecimiento económico. Su descenso, como el observado en la última semana, es un voto de confianza de los mercados en el futuro económico del país.