El Poder Ejecutivo resolvería en las próximas horas una prórroga del blanqueo de capitales, pero con algunos cambios, en busca de mejorar el magro resultado que obtuvo hasta ahora: hasta ayer, y cuando falta sólo el lunes para que se cumplan los primeros tres meses del programa de exteriorización, se suscribieron 6.432 cedines por un total de US$ 259,7 millones, lejos de los US$ 4 mil millones. De ellos, ya fueron canjeados 1.053 por un monto de US$ 67,2 millones.
Según un vocero del Ministerio de Economía, la extensión sería hasta fin de año, pero podría incluir algunos cambios para volver a los instrumentos financieros nacidos del programa –el Cedin y el Baade– más atractivos. “La prórroga estaba contemplada en la Ley de Exteriorización, pero hay otras cuestiones que requerirían enviar al Congreso un proyecto correctivo”, aseguró la fuente.
Las alternativas que se estudian van desde ampliar la operatoria del Certificado de Depósito de Inversión, previsto en un principio para la construcción, a todo tipo de bienes. En cuanto al bono energético, en tanto, se analizaba al cierre de esta edición también ampliar el horizonte de ese bono, trazado originalmente para canalizar dólares sin declarar en los proyectos de inversión de YPF, para captar inversiones en el país en otras áreas energéticas y no sólo en la petrolera reestatizada.
Ejecutivos de cámaras empresarias admitieron en esta última semana que hubo conversaciones con Guillermo Moreno y Axel Kicillof, y que el tema central fueron los eventuales cambios en la ley del blanqueo de capitales.
La posiblidad de una prórroga del blanqueo no causó mayor optimismo entre los técnicos reunidos en la convención del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas en Bariloche. “A pesar de la expectativa que generó, no ha logrado resultados positivos. Parece indistinto que haya prórroga o no”, opinó Marcelo Elicegui, gerente corporativo de Administración y Finanzas del Grupo Falabella.
Juan Curutchet, vicepresidente del Banco Ciudad, en tanto, agregó: “Son números chiquitísimos para la economía argentina. Está claro que es un fracaso y la prórroga es para disimular mientras raspan la olla y sacan unos mangos más, pero no cambia nada”. “Ni positivo, ni negativo. Hasta ahora lo que se ha recaudado es muy bajo”, dijo por su parte Guillermo Rimoldi, presidente del IAEF y directivo de Georgalos.
Curutchet, en tanto, adelantó que podría haber algún interés en el Baade si cambiaran en algo las condiciones. “El sector productivo explicó que podía haber interés si es que había un mercado secundario de bonos, pero no si había que conservarlo hasta la vida final del bono”, apuntó, y no descartó represalias oficiales.
Edgardo Stampone, socio de Impuestos de Auren, matizó el éxito de una extensión: “Es probable que quienes consideraron al régimen de utilidad ya hayan ingresado y que quienes no, sigan en la misma postura”.