Este martes, último día del feriado por Carnaval, Toyota debía producir 600 unidades de su pick up Hilux y su todo terreno SW4 en la fábrica de Zárate. Sin embargo, los operarios de la planta se negaron a ir a trabajar. De acuerdo con lo trascendido, la razón de esta decisión sería para no tener que pagar Ganancias.
Sucede que un gran porcentaje de los 5.000 empleados de la firma forman parte de la denominada "cuarta categoría". En otras palabras, están entre los que pagan mayor porcentaje del Impuesto a las Ganancias. Por lo tanto, si hubieran trabajado las ocho horas correspondientes, el dinero ganado habría sido descontado a fin de mes por la AFIP.
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En declaraciones a la prensa, voceros de Toyota señalaron que "no se pudo convocar a la cantidad necesaria de operarios para poder producir a dos turnos en un día feriado". Aun así, dijeron que "no podemos afirmar que fue por un tema de ingresos, también puede haber sido porque los operarios ya habían hecho sus planes para el fin de semana largo".
En este contexto, Ricardo Pignanelli, titular del gremio, estaría negociando para que se pueda hacer una exención al pago del impuesto a las Ganancias una vez que los operarios superen una determinada cantidad de horas trabajadas en el mes. De acuerdo con fuentes del sector, Pignanelli estaría pidiendo que una vez que se pase la línea divisoria de las 200 horas por mes, sus afiliados puedan percibir las horas extra en sus bolsillos.
Actualmente, los trabajadores de la categoría más representativa de la marca de autos perciben de salario bruto 156.000 pesos, sin horas extra. A esto hay que sumarle el plus de antiguedad, presentismo y productividad. En tanto, la segunda categoría más poblada tiene un salario bruto de 148.000 pesos.
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Como consecuencia de la falta de productividad de este martes, Argentina se perdió de exportar un millón de dólares en vehículos. Este valor se da teniendo en cuenta que, si el precio de exportación (FOB) por pick up es de u$s 25.000, y ayer se dejaron de hacer 400.
Tampoco se fabricaron otras 200 pick ups que hubieran ido al mercado interno, a través de la red de concesionarias oficiales de Toyota. Con precios al público que oscilan entre 2,3 y 5 millones de pesos, esas 200 pick ups hubieran representado un ingreso en impuestos de aproximadamente $ 400 millones (59% del precio de un vehículo cero kilómetro en la Argentina son impuestos).
