ECONOMIA
alianza argentina-brasil

“Decimos que nos amamos pero estamos aislados”

Para aprovechar el boom, Roberto Rodrigues, ex ministro del agro brasileño, reclama una estrategia.

Rodrigues. Como la Argentina, estamos de espaldas al mundo.
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Roberto Rodrigues se presenta como productor agrícola e ingeniero agrónomo de profesión. Es un referente en el tema de los agronegocios desde que se inició como presidente de la Sociedad Rural de Brasil. Fue ministro de Agricultura del vecino país, allá por el año 2003, cargo que desempeñó por cuatro años. Ahora se dedica a recorrer el mundo y poner su modo de ver el sector agropecuario al servicio de los productores. En una visita a Buenos Aires, dialogó con SuperCAMPO sobre los desafíos de Brasil y la Argentina si es que quieren avanzar como bloque común.
—¿Por qué nos cuesta hacer cosas entre Brasil y la Argentina?
—Tenemos un discurso solidario y una práctica solitaria. Cada uno por su lado, pero no hay una política comercial. Brasil, por ejemplo, no tiene “ningún” acuerdo bilateral con ningún país y la Argentina tampoco. Estamos aislados del mundo. Chile, Colombia y México han trabajado muy bien, incluso la cuenca de los Andes en el Pacífico está trabajando la articulación comercial, pero nosotros estamos lejos. Seguimos con nuestros discursos “yo te amo Argentina, yo te amo Brasil”, pero estamos aislados.
—¿Y qué propone?
—Es fácil. Argentina es mucho mejor produciendo maíz, y Brasil mucho mejor criando cerdos. Por qué no ponen ustedes el maíz, nosotros engordamos los cerdos y juntos vendemos al mercado de Japón. Esa es una forma práctica de verlo.
—¿Puede aportar algo el sector privado?
—Yo creo que el sector privado ya hizo todo lo posible en términos de incorporación de tecnología, de desarrollo, de crédito, por eso ambos países hemos logrado avances importantes en la productividad, y los números son evidentes.
—¿Qué es lo que falta, entonces?
—Faltan políticas públicas; que los gobiernos comprendan que hay un mundo dependiente de nosotros. La OCDE publicó un trabajo en el que dice que en diez años la oferta mundial de alimentos debe crecer 20%. Eso tiene que suceder en 2020, que es mañana. Pero dice también que la Unión Europea va a crecer 4%; Estados Unidos va a crecer como máximo 15%; Australia y Nueva Zelanda 17%; China, India, Rusia, Ucrania 26%; y nuestra región 40%. Esto no lo decimos nosotros, sino la OCDE, una estructura importante de la economía mundial. Es la primera vez que el mundo nos pide “vamos, crezcan 40% para que nosotros podamos crecer 4%”. Ellos saben que tenemos tierra, tecnología, gente y capacidad. Ahora tenemos que creer nosotros que podemos hacerlo.
—¿Y qué se debe hacer?
—Ante todo tener una estrategia. Pero no es un problema de Argentina o de Brasil, es un problema mundial. No hay líderes. En todas partes escucho los mismos discursos inconsistentes que dicen: “En 2050 seremos 9 mil millones de personas en el mundo, y la producción de alimentos deberá crecer 50 o 60%, pero ese crecimiento no puede ser a través de deforestación, no se pueden usar transgénicos, no se puede consumir agua, no se pueden usar pesticidas; bueno, entonces, ¿qué quieren?, ¿que se produzca el alimento en el aire? No hay visión en el mundo. Y nuestro gobierno está de espaldas al mundo, al igual que la Argentina, en lugar de aprovechar la oportunidad.
—Y eso que Brasil ha respaldado más al campo...
—No tanto. Porque mientras la tecnología aparecía, los productores se organizaron y fueron en su búsqueda y eso no pasó por políticas públicas, sino por los planes de estabilización de la economía. Hemos cambiado por la necesidad de sobrevivir, pero sin políticas.