Standard & Poor’s (S&P) rebajó la calificación crediticia soberana argentina a default selectivo, luego del canje del deuda promovido por el gobierno argentino.
“Las divisiones en el seno de la coalición de gobierno [argentino] y las luchas internas en la oposición limitan la capacidad del soberano para aplicar cambios oportunos en la política económica”, señala el informe de S&P según Bloomberg Linea.
La rebaja de calificación de “CCC-C” a “SD/SD” se basa en que “una crisis cambiaria equivale a un impago”, y dijo que “esta operación es problemática por la probabilidad de que se produzca un impago convencional”.
Revisión del acuerdo: El FMI ratificó las negociaciones con el Gobierno
“Una vez completado el canje de deuda -incluida la emisión de los nuevos títulos- consideraríamos ‘curado’ el impago en moneda local, y probablemente elevaríamos nuestra calificación en moneda local a largo plazo a la categoría ‘CCC’”, indica el reporte de la calificadora
“La perspectiva negativa de la calificación en divisas a largo plazo refleja los riesgos que rodean a los pronunciados desequilibrios económicos y las incertidumbres políticas antes y después de las elecciones nacionales de 2023″, dijo S&P Global Ratings sobre el canje.
Sin embargo, se aclaró que la calificación podría modificarse, en un escenario alcista, “una vez completado el canje de deuda en moneda local y la emisión de nuevos títulos”.
La propuesta del ministro de Economía, Sergio Massa, para postergar vencimientos de deuda en pesos entre junio y septiembre por $9,5 billones fue aceptada por el 78% del total de inversores, según Bloomberg Linea.
Elecciones y macroeconomía
En relación con el período electoral que se avecina, S&P Global Ratings advierte que “podríamos rebajar las calificaciones en divisas durante los próximos seis a doce meses en caso de acontecimientos políticos o políticos negativos inesperados que socaven el ya limitado acceso a la financiación, complicado aún más por la grave sequía”.
Y agrega: “Con las próximas elecciones primarias y nacionales en agosto y octubre, la tensión política sigue aumentando en medio de persistentes desequilibrios macroeconómicos”.