A partir de las retenciones a las exportaciones, la soja se convirtió en uno de los principales componentes de la recaudación, que este año alcanzaría unos US$ 7.150 millones.
Con una soja promedio más barata en 2015 –con una estimación de US$ 380 la tonelada–, las exportaciones del complejo sojero alcanzarán sólo unos US$ 17.800 millones, o US$ 4 mil millones menos que este año (-18.5%). Eso podría arrastrar la recaudación, aunque una devaluación podrá compensar la caída.
En pesos, posdevaluación, implica 77% más que el año anterior, unos $ 59.500 millones según un análisis de Economía & Regiones. Esa masa de recaudación permitiría cubrir el 4,6% del gasto corriente, el 41% del gasto en salarios, el 4,5% del gasto primario, el 16,4% del gasto en jubilaciones y el 28,3% de los subsidios económicos.
De todas formas, sobre el total de recaudación por retenciones, el 30% se destina al Fondo Solidario sojero, que se reparte entre las provincias bajo el criterio de la coparticipación. “En 2014 el Fondo Solidario de la soja alcanzaría unos $ 15.600 millones con un incremento implícito del 60% interanual aproximadamente. A modo de ejemplo, estos recursos representarían el 26% de la obra pública, 4,5% del gasto salarial, el 3% de los ingresos tributarios y el 2,8% del gasto corriente”, señaló el informe de E&R.
Para lo que queda del año, antes de entrar en el 2015 electoral, “se puede proyectar que se enviarán fondos por un total de $ 14.500 millones” por el Fondo Solidario, según sostiene un informe del Instituto Argentino para el Análisis Fiscal. La diferencia entre los fondos que ya se enviaron con la estimación anual es lo que faltaría por ingresar a las provincias por este concepto, unos $ 3.700 millones. Si se extrapola a nivel nacional, resta ingresar a las arcas del Estado nacional $ 12.500 millones por derechos de exportación del complejo sojero, de acuerdo con las estimaciones del economista Nadin Argañaraz.
“El Fondo Solidario se consolidó en los últimos años como un componente importante del financiamiento de la obra pública en la mayoría de las provincias. Cualquier cambio impactaría en la obra pública, clave para el desarrollo provincial a largo plazo y una de las más apuntadas para frenar cuando hay signos de desajustes fiscales de corto plazo”, ponderó el economista.