Puede volver a haber un sólo tipo de cambio en la Argentina? El dólar oficial se mantiene calmo en 8, con leve tendencia a la suba, y el blue baja. Pese a las semanas de pax cambiaria, los economistas sólo asignan posibilidades a que la brecha caiga a menos del 30% rumbo a la unificación cambiaria si se completa un importante ajuste fiscal o se consigue financiamiento externo, en el marco de un programa en el que el Gobierno esté dispuesto a asumir costo político. En parte, hasta ahora ha tomado medidas. La incógnita es hasta dónde llegará.
Es que a la estabilidad que presenta la cotización oficial desde febrero y que terminó la semana a $ 8,01 para la venta, se sumó otro factor importante: el dólar blue volvió a bajar en las últimas ruedas y terminó ayer a $ 10,70, unos 11 centavos por debajo del llamado dólar tarjeta, que pagan los argentinos que realizan compras en el exterior, desalentando fuertemente el uso de los plásticos fuera del país.
Con todo, la brecha cambiaria que marca la distancia entre el mercado legal e ilegal y que nació con el cepo, se ubicó ayer en torno al 33%, muy por debajo del 65% de diciembre y remontándose a lo registrado en principios de 2012.
En diálogo con PERFIL, Daniel Marx, director de Quantum Finanzas señaló que “en el largo plazo sería normal tener un tipo de cambio” y destacó que el dólar blue depende mucho de la percepción del riesgo país – cayó hasta los 782 puntos básicos–, donde todo parece estar más calmo, con la Argentina normalizando su situación crediticia”.
El camino recorrido para alcanzar este momento de tranquilidad en manos principalmente de Juan Carlos Fábrega, presidente del Banco Central, contiene algunas claves que los especialistas destacan antes de analizar los escenarios para lo que resta del año.
Rodrigo Alvarez, director de Analytica, en diálogo con PERFIL apuntó: “El Gobierno logró frenar la hemorragia de pérdida de reservas con una combinación de medidas ortodoxas, como la suba de tasas, la devaluación y otras heterodoxas como la limitación a las importaciones y el programa de Precios Cuidados”.
De acuerdo con el economista, si bien el segundo trimestre va a ser más holgado porque calculan que las reservas van a rondar los US$ 28.500 millones tras la cosecha, en el largo plazo, el problema estructural del dólar va a continuar porque las exportaciones no reaccionan (ver aparte). Además detalló que la evolución del dólar paralelo, y por ende la vuelta de un sólo tipo de cambio, dependerá en el próximo año de tres factores centrales:
◆ La obtención de financiamiento para obtener dólares frescos.
◆ Que el Gobierno haga una corrección fiscal en la que el gasto no aumente a un ritmo del 40% anual.
◆ Que en lo que resta del año la inflación mensual sea de un promedio de hasta 2%, lo que daría una convergencia de entre 30 y 35% anual, ya que si llega al 40%, habrá una fuerte presión sobre el mercado paralelo por mayores expectativas de devaluación en el oficial.
A esos puntos, Mariano Lamothe, economista de Abeceb.com agregó que la calma en el mercado cambiario, también dependerá en gran medida de que “el dólar oficial siga deslizándose, y la tasa de interés que el Banco Central subió con fuerza después de la devaluación se mantenga elevada porque comienzan a vencer las deudas emitidas por la entidad para absorber pesos de la plaza”.
Para Marina Dal Poggetto, economista jefe de Estudio Bein & Asociados, el comportamiento de la brecha –que hoy se encuentra en un piso– dependerá de la relación entre la base monetaria y las reservas. “En la medida en que se tomen las medidas que hacen falta, la brecha puede seguir achicándose”, aporta Maximiliano Carrillo Castillo, de la consultora ACM. “Pero si no, también puede volver a subir”, indica el ex gerente del BCRA, que no descarta “nuevos episodios de volatilidad cambiaria”.
En suma, las decisiones que tome el Gobierno están en el centro de las miradas. La calma cambiaria tiene fecha de vencimiento. Para pasar de pantalla y reunificar el tipo de cambio o volver la brecha insignificante está cerca, pero tendrá un costo político creciente