Desde Paris
Tras el fallo adverso en la causa con los fondos buitre, el Club de París no abriga ninguna esperanza de poder reanudar las negociaciones con la Argentina sobre la deuda de US$ 9.000 millones en el corto plazo. “Hay más dificultades que razones para ser optimista”, reconoció un funcionario de la dirección del Tesoro del ministerio francés de Finanzas, organismo que coordina las actividades de ese club informal.
En especial, no cayó bien la propuesta de reabrir el canje que hizo el gobierno argentino la semana pasada. En lugar de abrir expectativas, esa iniciativa creó más desconcierto y desconfianza, aseguran, porque revela “impericia”, “desconocimiento de la realidad internacional”, “falta de timing” y una “picardía difícil de aceptar” en el mundo de las altas finanzas internacionales. Pero, sobre todo, es “sumamente peligroso” porque abre numerosas perspectivas inquietantes.
El primer problema reside en que, como interpretó el diario económico Les Echos, un nuevo canje de títulos “representaría un tercer default de Argentina desde 2001”. “El problema [para el país] es que así lo van a interpretar los medios financieros internacionales”, indicó el experto, acostumbrado a prever el comportamiento de acreedores e inversores.
En segundo lugar, el cambio de jurisdicción –al proponer que la futura emisión adopte el derecho argentino– genera suspicacias. “No es seguro que la ley y los tribunales argentinos sean totalmente confiables en el contexto del gobierno de Kirchner”, estimó un informe confidencial del banco francés Crédit Agricole. Por otra parte, la Corte Suprema de Estados Unidos, a la cual apeló el Gobierno, podría interpretarlo como una maniobra y un gesto hostil hacia la justicia norteamericana.
Además, en Francia preocupa el riesgo sistémico de una sentencia definitiva en favor de los fondos buitre.