Sin grandes planteos en temas de coyuntura, sin una agenda debatida para el mediano plazo y en
medio de un clima de disconformidad e intrascendencia, concluyeron las deliberaciones del 42
Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) que se desarrolló
en Mar del Plata por espacio de tres días.
Un foro en el que se debatían temas tales como la responsabilidad social empresaria, las
industrias culturales o los avatares de la situación en el lejano Irak, poco atractivo tiene cuando
los problemas domésticos abundan por doquier.
Para muchos de estos hombres, que tienen que saber si van a contar con electricidad
suficiente para producir, en la que van a tener que invertir millones de dólares, da la impresión
que este tipo de temática no colaboró para tomar decisiones hacia futuro. Los cuestionamientos
pasan por el contenido de las exposiciones y la calidad de algunos exponentes. En rigor, el saldo
es deficitario.
Según el titular del Comité organizador del foro, Enrique Pescarmona, los asistentes "están
chochos" con los temas que se abordaron. Pero Pescarmona automáticamente dejará el cargo y pocas
semanas después IDEA va a tener que definir a su reemplazante.
La cuestión pasará entonces por saber de qué se va hablar, quiénes van a disertar y quiénes
van a ir a escuchar al Coloquio 43° en 2007 cuando ya se conozca al próximo presidente.
En este marco, un grupo de empresarios cree que es necesario volver al origen de IDEA. En
otras palabras, volver a la esencia y convertir al Coloquio en el principal encuentro del
empresariado nacional. Y en ese sentido comenzaron a moverse.
Para ese grupo de empresarios inquietos, el Coloquio tiene que plantear los temas de manera
clara y descarnada, y si el gobierno se molesta, que se enoje. Es preferible eso a quedar en la
intrascendencia. Pretenden poner en la agenda la inflación, los controles de precios, la crisis
energética, la reforma tributaria, el rol del Estado, entre otros.
A diferencia de lo que ocurre en las entidades gremiales empresarias, la kirchnerización del
discurso no funcionó en IDEA. Al menos en los términos de Pescarmona, quien reconoce públicamente
que a él le va bien con Néstor Kirchner.
El 42° Coloquio no dejó un gran saldo. Por un lado se profundizó la tendencia de los últimos
años a la ausencia de presidentes de las grandes empresas, con lo cual disminuyó el atractivo como
ámbito para encuentros de negocios. La mayoría de los temas abordados y los disertantes tampoco
dejaron conforme a los asistentes.
La mayor parte de los temas que resultan delicados fueron sacados de la agenda para evitar
que surjan las críticas desde la Casa Rosada. Una prueba de la falta de impacto se notó en la
carencia de despliegue de cobertura que le dieron los propios diarios de Mar del Plata. El año
pasado, IDEA merecía las tapas de los medios gráficos, este apenas algunas notas en el interior.
En pocas semanas mas se sabrá si el grupo que pretende darle un impulso a IDEA logrará
imponer sus términos. Si este grupo maneja el Coloquio 43°, en 2007 volverán los grandes temas al
foro.
Al caer la noche, varios empresarios se cuestionaban si valió la pena pagar 45.000 pesos de
sponsoreo, más otros 4.000 por la asistencia para ir a una charla sobre industrias culturales,
conocer aspectos técnicos de la energía eólica, participar de una charla magistral con el
mundialista Horacio Elizondo o tener la posibilidad de tener una charla de pasillo con Marta
Minujin.
El Coloquio de IDEA cerró sin críticas al Gobierno y al borde de la intrascendencia
El foro empresarial más importante del país dejó un saldo deficitario. Sin críticas hacia el Gobierno, pero también sin discusión sobre los temas importantes de la economía nacional, el Coloquio de IDEA no conformó a muchos empresarios. Para Enrique Pescarmona,hombre afín al Gobierno, todos están "chochos".
