ECONOMIA
EL VÍNCULO DE MILEI CON LA REGIÓN

El comercio con Brasil, Mercosur y la moneda común: pendientes del próximo gobierno

El intercambio bilateral con Brasil se fue reduciendo en las últimas décadas como porcentaje del total, pero el país sigue siendo el principal socio comercial de Argentina. El reciente viaje de Diana Mondino para reunirse con el canciller brasileño y la confirmación de la continuidad de Daniel Scioli a cargo de estos vínculos puede abrir algunas puertas no solamente al comercio sino también a otras negociaciones. Sin embargo, opinan los especialistas consultados por PERFIL, eso no es suficiente.

Mercosur Mondino
RELACIÓN BILATERAL. Diana Mondino se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira. | IG

En la semana previa a la Cumbre del Mercosur, que se realizará entre el 4 y el 7 de diciembre, el Senado de Brasil aprobó la incorporación de Bolivia como miembro pleno. El 6 de diciembre la presidencia pro tempore del bloque pasará a manos de Paraguay, y en vísperas de ese traspaso continúan las negociaciones para finalmente sellar el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea.

El encuentro tendrá lugar pocos días antes de la asunción de Milei en Argentina, por lo que todavía hay incertidumbre sobre la posición que tomará el país después del 10 de diciembre.

Diana Mondino, futura ministra de Relaciones Exteriores, viajó a Brasil para comenzar a entablar una relación que baje el tono a las declaraciones de Milei en campaña. Allí se reunió con el canciller Mauro Viera, y dijo que el acuerdo entre la UE y el Mercosur “estaba cerca de firmarse”.

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La Unión Europea es el tercer socio comercial de Argentina, después de Brasil y China. Según el último informe del Indec, el comercio con esta región representó en octubre USD 1482 millones. Además, se trata de un mercado de 770 millones de personas.  

El de Argentina y Brasil “es un vínculo que viene con problemas estructurales, que tiene cada vez menor interdependencia comercial”, explicó a PERFIL Esteban Actis, especialista en relaciones internacionales. En efecto, el comercio con Brasil, según un informe del Ministerio de Desarrollo Productivo, se fue reduciendo en la última década. “De rondar el 25-26% en la década de los 2000, se redujo a un 17% en 2020”. En 2022, de acuerdo a los datos del Indec, el comercio bilateral representó para Argentina el 20% del total.

Entre las razones de la caída en el intercambio, además de las crisis internas, el informe destaca la presencia de China: “La pérdida de participación de Brasil en el intercambio comercial argentino la explica íntegramente el gigante asiático, que pasó de explicar el 2,5% del total en 2000 al 12,5% en 2020”.

 

Elizondo: “la relación económica está muy obstruida”

 

En la práctica, y más allá de la mayor cercanía ideológica que pueda tener Fernández con Lula, “la relación económica está muy obstruida”, señaló a este medio el economista Marcelo Elizondo.  “Si uno quiere exportar de la Argentina a Brasil tiene que pagar retenciones, tiene atraso cambiario, lo cual es un desincentivo. Si uno quiere importar desde Brasil tiene que pagar un impuesto arancelario para la compra de dólares que es ilegal, contrario a la disposición del Mercosur”, agregó.

Con respecto al acuerdo entre Mercosur y la UE “puede ser un punto de coincidencia, pero en ese sentido el gobierno de Alberto Fernández tampoco era un impedimento, la gran traba está en la postura brasileña y en Bruselas. La posición argentina no ha sido determinante y tampoco lo va a seguir siendo”, agregó en este sentido Actis.

“El proyecto Mercosur-UE no está trabado por cuestiones que tienen que ver con Argentina, Brasil o Mercosur, son los europeos los que traban el proyecto Mercosur-UE”, afirmó a PERFIL el analista político Facundo Nejamkis.

Lo que sí puede ser un escollo en el proceso de integración regional es la política económica que prometió el futuro presidente: “hay que pensar que si el gobierno de Milei quiere avanzar en la flexibilización del Mercosur, Brasil siempre ha tenido reparos. Más aún ahora cuando el Senado brasileño aprobó la incorporación como socio pleno de Bolivia. Claramente la idea de ampliación va un poco en contra de la idea de flexibilización”, agregó el especialista.

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Mercosur-Unión Europea.

El dilema de la ampliación o profundización del bloque ha sido una constante desde su creación. El Mercosur sigue siendo vulnerable a las crisis internas de cada país y a los cambios de gobierno, y todavía no puede resolver el problema de las asimetrías entre las economías que lo componen. En este nuevo contexto, “probablemente lo que va a haber es una discusión con Brasil, porque Milei propuso una apertura de la economía argentina que supone una reducción de aranceles que necesita aprobación en el Mercosur, y ahí me imagino que no va a haber una coincidencia necesaria entre los dos países”. Sin embargo, esto sería parte de los vaivenes políticos de las últimas décadas: “Esto ya ocurrió, Bolsonaro bajó unilateralmente los aranceles en Brasil dos veces, el Mercosur no lo permitía, Bolsonaro lo hizo igual y el Mercosur terminó convalidándolo”, detalló Elizondo.

Posiblemente la confirmación de que Daniel Scioli quedará a cargo de las relaciones bilaterales con Brasil permita algunos puntos de encuentro. “El hecho de que quede Scioli en el cargo es la expresión de que, de alguna manera, Javier Milei cambia su visión sobre cómo iba a trabajar las relaciones diplomáticas con Brasil”, opinó Nejamkis. “Va a adaptarse al nuevo clima de la relación entre los dos gobiernos y le va a aportar la experiencia de cuatro años de embajador”.

Por otro lado, los buenos lazos diplomáticos tampoco demostraron ser garantía de un intercambio comercial creciente. “Creo que si bien las relaciones comerciales tienen una dinámica propia, sobre todo en países con larga tradición de intercambio y de tanta cercanía en términos geográficos como Argentina y Brasil, siempre un buen vínculo diplomático puede ser la posibilidad de un salto cuali y cuantitativo en esas relaciones”, explicó el analista. “Quizás en el momento de máxima amistad entre Lula y Kirchner el comercio entre los dos países no se expandía: es decir, no es una condición suficiente que haya buenas relaciones diplomáticas, con eso solo no alcanza, pero es un buen punto de partida”. En otros casos, como el de China, “donde el rol del Estado es mucho más relevante, sí es más importante”, sintetizó.

Entre los pendientes del próximo presidente hay otra idea inconclusa. Se trata de la moneda común (“Sur”), un proyecto en el que anunciaron comenzarían a trabajar los ministros de Economía de ambos países a principios de este año que termina.