Los alimentos básicos son considerados esenciales para una dieta saludable y equilibrada, por lo que los impuestos a estos alimentos podrían afectar desproporcionadamente a las personas de bajos ingresos que dependen de ellos para su nutrición diaria.
Según Natalia Ariño, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), cuando se consumen alimentos como pan, carne o leche, aproximadamente una cuarta parte del precio que se paga corresponde a impuestos.
FADA realiza análisis semestrales para comprender cómo se componen los precios de tres alimentos básicos en la mesa de los argentinos, y los resultados revelan que 1 de cada 4 pesos gastados en alimentos son destinados a impuestos.
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De estos impuestos, el 75% son de origen nacional, por lo que el documento plantea importantes preguntas sobre el sistema impositivo argentino y el funcionamiento del federalismo en el país.
Según el análisis, el peso de los impuestos en cada uno de estos alimentos, por ejemplo, en la carne de res representan el 27% del precio final, en el pan francés llegan al 23% y en el sachet de leche entera alcanzan el 25% de lo que pagan los consumidores.
Los datos revelan una situación sorprendente. Según Ariño, "En otras palabras, en un kilo de pan hay más impuestos que trigo y harina, y en un kilo de carne hay más impuestos que lo que representa la cría en la composición del precio". Esto indica que los impuestos desempeñan un papel más significativo en el costo final de estos alimentos que los propios componentes básicos que conforman su producción.
Del campo a la mesa: ¿qué sucede con los precios?
El documento plantea el interrogante sobre qué sucede con los precios en el camino. En ese sentido, David Miazzo, economista jefe de la Fundación, comenta al respecto. “Los granos representan solo una pequeña parte del precio final de los alimentos”.
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Miazzo explica: "Es falso decir que el maíz hace subir la leche o la carne, cuando el grano es solamente el 5% del precio final del sachet de leche y el 11% de la carne vacuna que compramos. En el caso de la carne de cerdo es el 15% y 18% en la aviar. Si vamos al trigo, es el 13% del precio del pan”.
En consecuencia, los aumentos de precios en los alimentos no pueden atribuirse directamente a los incrementos en los precios de los granos, ya que su porcentaje de participación es muy pequeño en comparación con las subidas que se observan en las góndolas. Esto está relacionado principalmente con el proceso inflacionario y la pérdida de valor de la moneda local.
En cuanto a la carne, se desglosa de la siguiente manera:
- La cría representa el 20% del precio.
- El feedlot el 32%,
- El frigorífico el 8%.
- La carnicería el 13%.
- Impuestos el 27%.
Los impuestos constituyen el 27% del precio final, los costos de la cadena representan el 57% y las ganancias el 16%. En cuanto a la procedencia de los impuestos, el 76% son nacionales, el 19% provinciales y el 5% municipales.
Pan
- Precio del pan: el 63% son costos, el 23% impuestos y el 14% el resultado.
- El trigo representa solo el 13% del precio en góndola.
- El precio del trigo se multiplica por 7 en su recorrido desde el campo a la panadería.
- Precio pan en eslabones: el trigo representa el 13%, el molino el 4%, la panadería el 60% y los impuestos el 23%.
Leche
- 75% son costos de producción, 25% impuestos y 0,01% pérdida de la cadena.
- El maíz representa el 5% del precio del sachet al consumidor.
- El precio de la leche se triplica del campo al sachet.
- Precio leche en eslabones: el tambo representa el 31%, la industria el 28%, el comercio 16% e impuestos el 25%.
SE / LR