ECONOMIA
en medio de la negociacion

El Fondo advirtió sobre la salida de los inversores y la dependencia de la deuda

Lo reiteró ayer en su informe de perspectivas regionales, donde mantuvo el crecimiento del 2% para este año y una inflación de 22,7%. El riesgo Brasil se suma a la volatilidad.

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En deuda. Dujovne se reunió con Lagarde para pedirle un crédito. La titular del FMI le remarcó la falta de mujeres en su equipo. | Capturas Web

El Fondo mantuvo su previsión de crecimiento para la Argentina en 2%, la misma que se había mostrado en la reunión de abril. Pero el dato, sin embargo, está medido hasta fin de marzo. Si bien durante las reuniones con Christine Lagarde y Alejandro Werner se ratificó la “confianza” en las medidas del Gobierno, es “demasiado temprano” para ver si la volatilidad de las últimas semanas del dólar por la corrida cambiaria puede tener impacto en las estimaciones, reconocieron desde el organismo.
El endurecimiento de las condiciones financieras a nivel global podría generar una mayor dificultad para los emergentes, concede el organismo. La descripción de lo que pasó en las últimas semanas, aunque el informe se haya cerrado antes, está presente: los riesgos financieros generan menos entradas de capitales a la región. “En adición a los patrones históricos, las muestras de volatilidad en el mercado marcan la vulnerabilidad a los cambios en la percepción de los inversores en los países que dependen en gran medida del financiamiento externo, como la Argentina”, sostiene el FMI.
Los indicadores de alta frecuencia que sigue el Fondo sugieren que la actividad se mantuvo “robusta” a principios de 2018 pero marcan que la sequía tendrá impacto negativo en la producción agrícola y las exportaciones. “Se espera que el próximo año el impacto negativo de la sequía se revierta”, aclara el organismo. Hasta ahora el Gobierno concedió que se puede resentir “algo” el crecimiento de este año, estimado en 3,5% del PBI. Pero no solo el Fondo marca las dudas sobre la suba de la actividad este año. Los economistas ya recortan pronósticos de 1 a 2%.
La inflación esperada supera las expectitivas oficiales por siete puntos: 22,7%, según los datos del perfil de Argentina en el FMI. Sin embargo, el último informe muestra un número a la baja: 19,2%.
Para 2019, año electoral y con reversión de la sequía, según el FMI, el crecimiento podría trepar a 3,2%, lo que difiere de otras proyecciones que vuelven a poner a la Argentina en territorio de recesión.
En cuanto al déficit, el organismo destaca el cumplimiento de las metas fiscales, pero marca que en realidad el rojo es mayor cuando se incluyen los intereses de deuda. Sobre ese escenario comenzaron las negociaciones por una nueva línea de financiamiento del Fondo, que vendrá con las tradicionales condicionalidades. Aunque en el Gobierno se ilusionan con que “no pueden pedir mucho más” de la baja de 3,2 a 2,7% que ya se anunció de la meta para este año, como dijo Luis Caputo en los últimos días.

Región. Los factores no económicos pueden afectar a la región, marca también el FMI. Allí entran las elecciones de Brasil de este año, donde se espera un crecimiento del 2,3% por un rebote de consumo e inversión. Pero las presidenciales de octubre son un factor de riesgo por el aumento de la volatilidad en los mercados y la falta de certezas para el mediano plazo. Ese factor podría incidir también en la Argentina.
“Las perspectivas de crecimiento de largo plazo para América Latina y el Caribe se mantienen deprimidas, lo que sugiere que los niveles de ingreso de esos países están luchando para ponerse al día con los de las economías avanzadas.

Stand by: intereses sí o sí

“El país no aplica a un acuerdo de facilidades ampliadas por el tamaño del déficit fiscal y del déficit de cuenta corriente”, explicó una fuente del Fondo sobre la negociación que comenzó esta semana la Argentina.
El paso a paso incluye mirar el presupuesto y los números de las provincias. “Lo primero que hay que hacer es presentar un plan económico y fiscal. Una vez que eso esté presentado, hay que ver cómo se compatibiliza con el presupuesto que se aprobó para ver cuán consistente es el plan”, indicaron sobre el procedimiento.
En la carta de intención el Gobierno marca sus compromisos.
Según la fuente, el stand by tiene poco de preventivo.
“Es un acuerdo con desembolsos que típicamente son trimestrales. Aunque esté y no se use, no se pida el desembolso, de todas formas hay que pagar los intereses”, explicaron.
El Gobierno podría haber recurrido a un acuerdo condicional, como el de Marruecos o Macedonia, que es preventivo pero no tiene requisitos de economía graduada tan importantes, según el especialista.
La duda es cómo evitar el impacto de las condiciones: “Para bajar el déficit a cero, hay tres cuartas partes que son gastos inflexibles. El 60% del total del déficit son gastos sociales, entre jubilaciones y planes sociales. Y el otro 15% son los salarios del sector público”, remarcó quien conoce el organismo.