ECONOMIA
PARA CUIDAR LAS RESERVAS

El mercado descuenta un ‘megacanje’ del Boden 2015

La falta de dólares obligaría a refinanciar el bono estrella de la Argentina. Su cotización se disparó 45% desde agosto.

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Los apremios financieros obligarían al Gobierno el año que viene a un gran canje de deuda de despedida. Ante la falta de divisas, no pagaría los US$ 6.300 millones que implica pagar capital más intereses, sino que podría canjearlos por un nuevo título que pagaría la próxima gestión.
“Esa posibilidad está descontada en la cotización actual, y el elevado rendimiento de 16% anual en dólares lo sigue haciendo atractivo”, apuntó Rubén Pasquali, especialista de Mayoral.
El Boden 2015 es uno de los activos financieros más solicitados en la plaza local. Fue emitido por el Estado nacional en octubre de 2005 por un monto de US$ 4.355 millones y paga semestralmente una tasa fija de 7% anual en dólares. Vence el 3 de octubre del próximo año, unos pocos días antes de las elecciones presidenciales.
Este es uno de los principales motivos por los cuales los inversores buscan posicionarse en este título. Tiene el vencimiento más cercano y uno de los que da mayor seguridad a los inversores. Un dato adicional de relevancia para el mercado, es que el Boden 2015 está principalmente en manos de privados, mientras que la Anses tendría una mayor posición de Bonar X, utilizado para intervenir en el mercado y desinflar la cotización del dólar contado con liquidación por medio de ventas masivas.
“Esto tiene relevancia porque podrían esperarse en el futuro mayores intervenciones del organismo”, dijo Carlos Donantueno, de Servicios Financieros, y recordó que “parte del pago a Repsol por la nacionalización de YPF se efectuó con Boden 2015, por lo que no sólo su tenencia está en manos de inversores privados locales, sino también internacionales”.
Sobre el título que hoy es la estrella del mercado, –su cotización se disparó un 45% desde el 1º de agosto hasta el último viernes con un volumen de más de $ 23 millones–, existe la posibilidad de que sea reestructurado y se ofrezca un nuevo título de largo plazo. Si no hay dólares para importaciones, toda deuda se vuelve una pesada carga para las cuentas públicas.