El viaje a América del Sur del primer ministro chino y su visita a Brasil, Colombia, Perú y Chile se inscribe en la ofensiva de inversiones, créditos y afianzamiento de su estrategia geopolítica de ocupar espacios, sacando provecho de la enorme acumulación de reservas de su etapa anterior de desarrollo, donde obtuviera saldos muy favorables de su balance comercial y de la balanza de cuenta corriente hasta llegar a 3,8 billones de dólares.
La actual etapa es diferente en varios sentidos, pero uno de los más destacados es la creación de vínculos bilaterales, regionales y multilaterales a través de bancos, el de BRICS que comienza a funcionar este año, el de Infraestructura para el Desarrollo de Asia que ha dejado en soledad a Estados Unidos y Japón y el de la “nueva ruta de la seda”, que es por tierra y mar, atravesando el Océano Índico para llegar al puerto del Pireo (Grecia) que es de su propiedad. En América del Sur, hay un socio preeminente, Brasil, destino ya de un sinnúmero de inversiones –11 solamente de terminales automotrices- y de créditos especialmente vinculados al petróleo y a las energías renovables. En este viaje se reafirma esta visión con proyectos por el orden de los US$ 53.000 millones. Entre ellos destaca, por su envergadura la construcción del ferrocarril que uniría el Atlántico con el Pacífico; un fondo bilateral de inversiones con recursos chinos por US$ 20.000 millones para el desarrollo en siderurgia, vidrios, material de construcción y bienes industriales, y la implementación de un mecanismo para el pago del comercio bilateral en moneda local. La gira tiene por objeto también reforzar la presencia china, que ya tiene tratado de libre comercio con dos de los tres países, y de paso observar el proceso de la Alianza del Pacífico y su posible incorporación al Tratado de Preferencias liderado por EEUU y donde China no participa. Mientras tanto, el Mercosur como bloque regional observa el despliegue chino, la profundización de la relación bilateral con Brasil e hiberna, cuando lo mínimo sería tener por lo menos en lo relativo a China y sus claros pasos, para definir una integración física determinada y una posición dominante en la región, evaluar conjuntamente que nos conviene a nosotros y responder así a los retos del presente y del futuro.
*Ex subsecretario de Comercio Exterior.