Desde mañana, los negociadores de la Argentina en el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea comenzarán a reunirse con los sectores productivos para explicar el alcance de la negociación que terminó el viernes en Bruselas.
“Se cerró todo lo que había que negociar. El lunes mismo (por mañana) empezamos las reuniones con los sectores”, anticipó el secretario de Industria, Luis Miguel Etchevehere, que deberá reunirse con las áreas agrícolas. La Sociedad Rural le dio el visto bueno al acuerdo pero hay otras entidades que plantearon sus dudas. Uno de los puntos sensibles serán los lácteos, en especial los quesos.
En la misma tarea estará embarcado el titular de Producción, Dante Sica, que enfrentará mayores cuestionamientos por parte de la industria. El presidente de la Unión Industrial, Miguel Acevedo, indicó que esperan reunirse con los funcionarios para despejar dudas sobre el impacto del acuerdo.
En los contactos previos, tanto la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher, como el ministro de Producción, Dante Sica, les aseguraron a los sectores productivos que sus reclamos estarían contemplados. Sin embargo, los festejos de los funcionarios de la Unión Europea frente a la apertura lograda generan dudas en el sector privado local.
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Las primeras estimaciones sobre el beneficio en ahorro de aranceles para los dos bloques hablan de una gran asimetría. La Unión Europea lograría un ahorro de US$ 4.500 millones, según indicaron en un comunicado, mientras que fuentes locales del sector industrial estimaron que para el Mercosur ese beneficio sería de solo el 10% en comparación, unos US$ 400 millones.
Entre las rondas con cámaras y otras entidades empresariales, los funcionarios del Gobierno, a quienes se sumará además de Etchevehere, Sica y Bircher, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser, también se buscará minimizar daños. Así lo anticipó el secretario de Agricultura en diálogo con AM 750 desde el aeropuerto de Bruselas, donde emprendió el regreso a la Argentina.
"Además del trabajo que se hace en las mesas de competitividad, vamos a acompañar a todas las producciones para que no haya efectos negativos", señaló Etchevehere. "Pero para tener pleno empleo, hay que tener mercados", indicó sobre la apertura de los dos bloques que en los papeles garantiza acceso a más de 700 millones de personas si se suman los dos bloques.
Las instancias de lobby sectorial están abiertas. Cada sector intentará lograr las mejores condiciones para la “apertura al mundo”, que en el Gobierno califican como “inserción inteligente”.
Tiempos. Para quienes siguen las negociaciones, “todavía resta pasar por el filtro de la sociedad civil, los sindicatos, las empresas y, finalmente, el Congreso”. Pero no solo el Parlamento local, sino el de los 28 países europeos y los cuatro del Mercosur (Venezuela, que era socio pleno, está suspendido). En el Gobierno estiman que eso llevará al menos dos años. Primero hay que redactar todo el acuerdo y traducirlo a todos los idiomas de los países firmantes. Los analistas saben que los dos años es una visión optimista. Por caso, en la Argentina, el Gobierno –si logra la reelección Mauricio Macri en octubre–, tendrá un Congreso dividido. Incluso el acuerdo puede llegar no ratificarse. La aprobación también es una instancia de lobby.
Una vez aprobado el acuerdo, la Unión Europea desgravará el 100% de su mercardo, un 80% de forma inmediata. Para los sectores agrícolas habrá cupos, que cubren a un 17% de esa desgravación. El Mercosur deberá abrir el 90% de su mercado, en plazos que van de los cinco a los quince años y también con cupos, según los primeros detalles generales del acuerdo comercial.