Habituados a trazar pronósticos preocupantes para luego emerger como los mentores de un resultado positivo, algunos gerentes de multinacionales que operan en el país ahora anticipan –sólo en la medida de lo posible– un escenario igual o mejor que el actual para un 2016 con nuevas autoridades.
Un caso son las automotrices, como por ejemplo Citröen, que ya se prepara para un 2016 de más producción que 2015, y con una perspectiva probable de “menos restricciones cambiarias” en el segundo semestre de 2016, según lo adelantó su gerente general Luis Basavilbaso, en una ronda con la prensa. Si bien la especulación es arriesgada, surge de una lectura compartida con timidez por muchos ejecutivos: en el primer tramo del año puede haber turbulencias y ciertos efectos negativos de correcciones macro, que podrían dar frutos –como el relajamiento de los distintos cepos– y permitirían traer modelos de autos del exterior después de junio de 2016. “Hoy estamos homologando una serie de modelos que podríamos importar si hay menos restricciones en la segunda mitad del año que viene”, explicó Basavilbaso.
En otro sector de la economía, como el financiero, la perspectiva es similar, y lo expuso el jueves en Madrid el CEO argentino del Banco Santander Río, Enrique Cristofani: “Hay una aspiración a que haya mayor libertad cambiaria. Creo que tiene que haber al menos una nueva tendencia”. En declaraciones a medios argentinos, entre ellos PERFIL, el banquero puso en palabras una expectativa que cruza a todos los bancos del país: que se normalice en un primer tramo del próximo gobierno la relación financiera con los acreedores, en especial con los fondos buitre, para que se abra así el crédito externo y se relajen las restricciones de divisas que les impiden girar dividendos.
Las perspectivas de qué pasará en 2016 con la economía pueden sonar a ciencia ficción, pero a estimarlo se dedican muchos gurúes que hablan con los CEOs. Uno de ellos es Eduardo Levy Yeyati, de la consultora Elypsis, quien se inclina por una salida “gradualista” de los desequilibrios que a su criterio tiene hoy la situación macroeconómica. Léase: correcciones paulatinas del tipo de cambio y las tarifas. “Esta será la única forma gradual de crecer; el shock o seguir igual nos hará crecer cero o ir a una recesión”, detalla el economista y también novelista. En su mirada, de todas formas, lo crucial será un arreglo con los acreedores en Nueva York, ya que así se destrabarían las restricciones de divisas y se podrá encarar el arreglo de temas internos con menos tensiones.