ECONOMIA
Rafael La Porta

Es de los más citados en el mundo y critica la rigidez laboral del país

Estudió en la Universidad Católica Argentina en los 80, y sus trabajos son de los más mencionados en el mundo académico. Entrevistado por PERFIL, explicó su teoría por la cual el capital humano es más importante para el desarrollo que la calidad de las instituciones. “La Argentina está muy por debajo de la norma en atracción de capitales”, dijo.

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EL MS MENTADO. La Porta, conocedor de la Argentina. | Cedoc

En los pasillos de la UCA discutía con sus compañeros sobre el Plan Primavera. Entonces, el mexicano Rafael La Porta no se imaginaba como el 3° economista más citado de la última década. Pero según la consulta Thomson Business, que se tomó el trabajo de medirlo, el “de acuerdo con Rafael La Porta” es una expresión recurrente 1.492 veces entre 1995 y 2005, mil veces debajo de las menciones al ruso Andrei Shleifer, líder de este particular ranking y coautor con el mexicano.

Desde su cátedra en Dartmouth College, en New Hampshire, EE.UU., le dijo a PERFIL que las duras regulaciones argentinas provocan la enorme informalidad laboral, y que la clave para el desarrollo está en la educación.

—Si los países con regulaciones laborales más duras tienen mayor desempleo. ¿qué pasa en la Argentina?
—La Argentina tiene un enorme sector informal. El resultado más relevante de nuestro estudio, para un país como la Argentina, es que las regulaciones laborales inflexibles empujan a la gente a la informalidad.

—Ud. dice que el capital humano es más importante para el desarrollo que las instituciones, pero concluye que los países pobres se desarrollan con dictaduras...
—No hay democracia sin educación. No ninguna democracia estable con gente de menos de siete años de educación formal. Si sos pobre, no vas a vivir en democracia estable. Pero los datos no dicen que los dictadores son buenos para el desarrollo. Corea del Sur y su vecina del Norte tuvieron dos dictaduras con resultados diferentes. Los datos dicen que las dictaduras son heterogéneas en las tasas de crecimiento. Pinochet fue bueno para el crecimiento, Castro, no. Con la democracia, no hay casos espectaculares, pero tampoco catastróficos.

—¿Dónde está la clave del desarrollo entonces?
—En la educación y el capital humano, que viene primero, o de la mano, de la democracia.

—¿Y para Argentina?
—El capital humano es la clave. No pueden estar nunca muy equivocados en apostar a eso.

—Ud. dice que hay una correlación entre protección de inversores y flujos de capital, pero a la Argentina llegó mucho dinero después del default.
—La Argentina tiene un mercado de capitales infinitésimo. Nuestros resultados se refieren a flujos para desarrollos de mercados bursátiles, no a la inversión directa –que por cierto también está ausente. La Argentina está muy por debajo de la norma en atracción de capitales, incluso en comparación con otros países latinoamericanos.

—Ud. estudió aquí en los 80. ¿Qué cambió en este tiempo?
— Hubo muchos progresos y también muchos retrocesos. Las universidades mejoraron bastante, pero la cuestión política sigue siendo un tema muy problemático.

—¿Lee a economistas argentinos?
—Hay gente en la Universidad Di Tella, en la de San Andrés... Muchos volvieron en los 90, y quedaron atrapados en el desastre... Otros hacen buen trabajo, Mariano Tommasi, por ejemplo.

— ¿Cómo se define como economista?
—Yo hago trabajo empírico.