Las gestiones para la reestructuración de la deuda argentina se intensificaron en las últimas horas dentro de un clima de tirantez y donde el éxito de la iniciativa es cada vez una mayor incógnita. El país ya entró en tiempo de descuento desde el miércoles, cuando incumplió el pago de intereses de bonos globales y podría entrar en default si no paga antes del 22 de mayo.
En medio de la pandemia y con una economía mundial paralizada, en Economía insisten en que la coyuntura internacional juega a favor de la propuesta argentina, que contempla una quita de intereses del 62%, de capital un 5,4% y un plazo de gracia hasta 2023.
La presentación que se hizo a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) no convenció a los fondos de inversión.
Para uno de los representantes de los principales fondos con sede en Manhattan fue categórico al asegurar ayer que “es imposible aceptar una propuesta donde no se paga por tres años, te sacan más de la mitad de los intereses y los bonos que te dan como opciones algunos se cancelan en 2047”.
Martín Guzmán advirtió a los bonistas: "No habrá otra oferta"
“Es más factible que muchos inversores opten por la vía judicial, que en cuatro o cinco años a mas tardar les sale el juicio a favor en Estados Unidos, como ya ocurrió, cobrando el 100 por ciento más punitorios, que es en definitiva, el mismo período por el cual vas a empezar a cobrar algo casi en el mismo período que puede salir una sentencia a favor del ahorrista”, puntualizó la fuente.
En las últimas horas se sucedieron una serie de contactos entre integrantes del gabinete económico que trabajan en plan de la deuda y ejecutivos de los fondo de inversión, pero las conversaciones terminan en la intransigencia de las partes.
Tic tac. “Todavía faltan varios días para culminar todo el proceso de negociación, por lo cual es lógico que haya tensión. Pero lo que está claro y lo que nos ha machacado (Martín) Guzmán es que esa es la propuesta y no habrá otra, que le recalquemos a los fondos que no va haber más que eso”, sostuvo una funcionario del equipo económico.
El propio Guzmán aclaró, que la oferta “es esa y no se va a modificar, porque el único objetivo para poder cumplir es que sea sustentable”.
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Por el lado de los bonistas aseguran que si el Gobierno atenuara a un 50 por ciento la quita de capital e hiciera algún pago en 2021, la oferta contaría con un mayor grado de adhesión, frente al rechazo que se observa en este momento.
Los lobos de Wall Street advirtieron en esta semana que la características del canje y la falta de un programa económico que muestre un país con capacidad de pago son los elementos que están generando el rechazo.
En caso de que la iniciativa fracase, puede terminar con un default en medio de una recesión económica como la que está sufriendo el mundo. “Nosotros creemos que con el vendaval que viven los mercados, la caída de la actividad, los fondos van a entender que no les quedan muchas alternativas que la que estamos proponiendo”, agregaron fuentes del Gobierno.
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La mirada de ‘The Economist’
El semanario The Economist analizó en su reciente edición la situación en la Argentina y la imagen del gobierno de Alberto Fernández. “El clima en la Casa Rosada, el palacio presidencial, es severo. La Argentina podría estar camino de su noveno default”, dice el artículo del influyente medio.
En ese contexto, apunta sobre la negociación de la deuda: “La ausencia siquiera de un pago simbólico hasta mayo de 2023, endurecerá la resistencia de los acreedores. Sin perspectivas del ingreso de dinero, podrían pasarse los próximos tres años haciendo lobby y litigios en busca de un mejor acuerdo”. Pero al mismo tiemo abre una chance: “Puede haber margen de maniobra en el cronograma de repago”, señala la publicación en la nota.