En el tramo final de la trilla del trigo de este ciclo, cuando se lleva cosechado el 92,4 por ciento de la siembra nacional de la campaña, las últimas proyecciones revelan que el volumen final caerá a unos 9,3 millones de toneladas, frente a los 9,7 estimados hace una semana. Hacia el sur bonaerense la trilla se adelantó debido a la permanencia de tiempo seco y cálido y finalizó en centro norte productivo del cereal, en tanto que los rindes resultaron magros en las provincias norteñas, en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
Así se desprende del reporte elaborado por técnicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, donde se señala que el rendimiento medio logrado hasta el momento se ubicó en 2,18 toneladas por hectárea, 450kg/ha por encima de los obtenidos once días atrás.
Este incremento adicional obedece a la mayor productividad unitaria que se logró en la trilla de los cultivos de la zona de Mar y Sierras, en el sudeste de Buenos Aires.
No obstante, esa productividad se ubica por debajo de la campaña anterior debido a la falta de agua, elevadas temperaturas, fríos a principios de noviembre y la menor aplicación de fertilizantes. Las escasas lluvias de los últimos días agilizaron la recolección en las zonas sureñas, próxima a culminar en el sudoeste, cuando resta un 25 por ciento en el sudeste bonaerense. El relevamiento privado señala también que los rindes en ambas regiones son más bajos en términos comparativos con los promedios normales, lo que lleva a recortar tentativamente la estimación de la producción a 9.300.000 de toneladas (anterior 9,7 millones). La producción acumulada hasta el momento es inferior en un 26,3 por ciento relacionada con similar período comparativo, como consecuencia de la menor productividad lograda (21,8 vs. 29,7qq/ha). Según el reporte privado, otras cuestiones puntuales podrían modificar aún más hacia abajo el volumen estimado final, como sería un cálculo más riguroso de la superficie abandonada a la cosecha.
Acota, en esa línea, que las complicaciones climáticas que soportaron los cultivos en gran parte de la región triguera nacional, durante su desarrollo, determinaron una sensible baja de los rendimientos potenciales que no justificaban la trilla.
En consecuencia no pocas superficies fueron roturadas para implantar otro cultivo, variable que no resulta sencillo mensurar.
Por otra parte, los rendimientos en las regiones sureñas muestran una elevada heterogeneidad en el sudeste de Buenos Aires, lo que dificulta establecer un promedio representativo y, adicionalmente, en esta zona queda todavía en pie un 25 por ciento de los sembrados.
Lo cosechado hasta la fecha muestra una elevada dispersión en los rendimientos, pero de todos modos resultan menores a los de la pasada zafra.
Asimismo, el relevamiento pone de relieve que del resultado final de la cosecha en toda esta región dependerá la dimensión final que tendrá la campaña triguera 2008/09. Entre tanto, los mejores resultados relativos se lograron en el centro oeste de Buenos Aires por mejores condiciones climáticas, donde los rindes fueron levemente superiores a los 3/3,4 toneladas por hectárea.
En cambio, los rendimientos fueron muy pobres en vasta zonas de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y en las provincias norteñas del país, en tanto que en el centro norte de Córdoba, con un área sembrada muy reducida, se lograron modestos 18qq/ha al igual que en el sur, mientras que en el norte de Buenos Aires el rinde fue de 2,5 toneladas por hectárea, con valores más bajos hacia el nordeste y más elevados hacia el sur y noroeste de la región.
