Con una foto del Obelisco de Buenos Aires, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, escribió en Twitter una felicitación al Gobierno y los principales acreedores por haber llegado a un acuerdo en la reestructuración de deuda externa argentina.
"Felicitaciones presidente Alberto Fernández, ministro Martín Guzmán y principales grupos de acreedores de la Argentina por haber llegado a un acuerdo preliminar por la deuda del país. Es un paso muy importante. Espero que llegue a una resolución exitosa en el interés de todos", escribió la economista búlgara en su cuenta de la red social. Un día antes, había extendido también sus felicitaciones a Ecuador, con una foto de Quito, por su respectivo acuerdo de deuda.
El FMI venía manifestando su esperanza en que la negociación llegara a un acuerdo y trabajó para lograrlo, a su modo. Si bien los voceros del organismo señalaron que se trataba de una negociación entre partes, donde no estuvieron sentados a la mesa, cuando la negociación orillaba los US$ 50 dólares, una evaluación técnica del organismo sugirió que ese era el margen para una deuda sustentable. El Fondo acompañó así a la Argentina en la reestructuración, poniendo el foco en que el acuerdo se pudiera pagar. Los guiños fueron constantes: el FMI destacó el margen limitado del país para mejorar la oferta y pidió pragmatismo.
Los tres grandes grupos de acreedores ratificaron su apoyo a la oferta
Pero también el Fondo, con la nueva conducción de Georgieva, puso énfasis a nivel global en la sostenibilidad de las deudas de otros países en el mismo camino que la Argentina. El trasfondo de pandemia de coronavirus elevó las alarmas sobre el nivel de crédito de los países y si podrán pagarlos. Por eso el FMI también encabezó el trabajo con el G20 y el Club de París para abogar por una condonación de deudas, algo que también hermanó a Georgieva con Martín Guzmán y su mentor, Joseph Stigltiz, entre otros economistas, que comenzaron a impulsar la discusión antes de que se cerraran las fronteras de los países, durante una reunión en el Vaticano a principios de año.
Toma y Daca. El próximo mes, llegará la hora de negociación con el organismo internacional, que otorgó a la Argentina el mayor acuerdo Stand By de su historia, por US$ 57 mil millones, durante el Gobierno de Mauricio Macri, con Nicolás Dujovne en el Ministerio de Economía y Federico Sturzenegger al frente del Banco Central. Ahora lo que se busca evitar es un programa de diez años, como podría ser un acuerdo de facilidades extendidas, pero que viene atado a la demanda de reformas estructurales.
El Gobierno de Férnandez tiene previsto negociar una vez que se presente el Presupuesto 2021, que por ley debe entrar al Congreso antes del 15 de septiembre, donde sentará las bases de las necesidades financieras de la Argentina ahora con un nuevo perfil de vencimientos de deuda privada, que otorga alivio hasta 2024. Los contactos con los técnicos del Fondo, en tanto, son permanentes, encabezados con el director del equipo para Argentina, Luis Cubeddu.
Economistas destacan el acuerdo pero advierten que ahora se deberán corregir los números macro
En los últimos días, en medio de los mensajes de presión para cerrar un acuerdo, el Gobierno dejó trascender que había optado por la opción de recurrir al FMI si no llegaba a un acuerdo. Para los especialistas en deuda, Fernández y Guzmán optaron por el camino inverso. Recurrir al Fondo podría haber sido la primera opción, para allanar un acuerdo.
"Reestructurar la deuda normalmente empieza por un programa con el FMI y termina con un acuerdo con acreedores privados. El programa del FMI reduce riesgo de acreedores privados y da financiamiento durante negociaciones. Hasta ahora tratamos de caminar para atrás", había señalado el ex representante ante el Fondo, Héctor Torres.
PV
