El ministro de Economía, Amado Boudou, tomó ilegalmente la estructura del Palacio de Hacienda como plataforma logística y publicitaria para su precandidatura a jefe de Gobierno porteño. El funcionario comenzó a difundir este mes gacetillas de campaña, comunicados con declaraciones y fotos de sus recorridos preelectorales desde la oficina de prensa del ministerio, que convirtió en una suerte de búnker proselitista privado que violaría la Ley de Etica Pública, el Código Penal y la ley electoral de la Ciudad de Buenos Aires.
Además, el ex docente de la Universidad del CEMA, bastión del monetarismo que dominó la conducción económica en tiempos de Carlos Menem, dispone también de recursos de la Anses y de las intendencias como la de Lomas de Zamora y del Municipio Urbano de la Costa para apuntalar su aspiración de liderar la lista de diputados por el kirchnerismo en los comicios de la Ciudad.
A diferencia de Carlos Tomada, que compite con él y con Daniel Filmus por la misma candidatura y que dispone también de la estructura de un ministerio, Boudou no parece reparar en los límites que le impone la ley como funcionario: desde los primeros días de enero distribuyó cerca de una docena de comunicados con el membrete del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el logotipo del Bicentenario argentino (ver galería de fotos) que incluyen exclusivamente declaraciones e informes sobre su campaña.
Uno de los textos distribuidos a los medios de comunicación el 14 de enero reseñó una reunión de Boudou con el secretario de Cultura, Jorge Coscia, donde se informa que ambos “coincidieron en un proyecto político común para la transformación de la la Ciudad”. Fue presentado abiertamente como “ministro de Economía de la Nación y candidato a jefe de Gobierno” de Buenos Aires.
Esa misma semana, Boudou visitó junto al director de la Anses, Diego Bossio, el centro de jubilados Monseñor Vernazza, del Bajo Flores. La cartera económica –siempre con membrete y logo oficial– reprodujo sus críticas contra Mauricio Macri y las imágenes que captó uno de los dos fotógrafos del Palacio de Hacienda, que percibe $ 7 mil mensuales, además de viáticos. Para garantizar la cobertura gráfica de los movimientos del ministro, Economía incorporó a su patrimonio en 2010 una cámara digital profesional, valuada en más de $ 20 mil.
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