En medio de la gira por Brasil de la presidenta Cristina Fernández para firmar varios acuerdos que fomenten la integración regional, la prensa brasileña sacó un duro informe sobre la economía nacional. La revista Istoé publicó una nota titulada: “ ¿Por qué el mundo no cree en Argentina?"
“Desde que asumió en diciembre del año pasado, su gobierno estuvo marcado por los enfrentamientos con el campo, por la falta de combustible y por el riesgo de un apagón eléctrico. Además, el gobierno está acusado de manipular los índices de inflación y hasta el crecimiento del Producto Bruto Interno”, resalta la publicación brasileña.
Y agrega: “Al gobierno de Cristina lo identifican por una profunda ausencia de seguridad jurídica y no hay regulación para las inversiones extranjeras”.
Pese a ser declarada por el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva como “huésped de honor”, el recibimiento de la prensa brasileña no fue el que seguramente hubiera querido Fernández de Kirchner.
“Desde que tomó el poder, al final del año pasado, la Presidenta repite el mismo gesto de la foto. Ella une sus manos y mira para los costados como quien pide ayuda. Cristina ya enfrentó una crisis profunda con los agricultores, renunció su ministro de Economía y ahora enfrenta una serie de protestas contra el alta recurrente de precios (la inflación, según estimaciones independiente rondaría cerca del 25 por ciento anual, mientras que los índices oficiales indican 9 por ciento)”, dispara Istoé.
La deuda externa argentina, las reservas internacionales y los problemas que presenta el gobierno para conseguir inversores aparecen marcados en el informe. “La fama de mal pagador todavía recorre el mercado principalmente porque la Argentina tiene indicadores preocupantes. El volumen de reservas internacionales de 46 mil millones de dólares parece abultado, pero es pequeño ante la deuda externa de 160 mil millones de dólares. Además de eso, las importaciones crecen en un ritmo más acentuado que las exportaciones y el cambio es mantenido excesivamente desvalorizado gracias a la ingerencia política. Si eso no bastase, la deuda externa argentina aumenta vertiginosamente.