Esto representa un 9,4% por debajo del promedio del último quinquenio y un incremento +32,8% con respecto a la campaña 2022/23, muy castigada por la sequía.
“No obstante, queda sujeta no solo a la evolución de las condiciones climáticas en lo que resta del ciclo, sino también a la dimensión del impacto que tengan las heladas registradas durante la semana pasada en la condición del cereal sobre las regiones del sur del área agrícola”, indica el último reporte de la entidad.
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Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario también recortó sus estimaciones para el cereal, proyectando una producción de 14,3 millones de toneladas, un 5% menos de lo que se esperaba hace apenas un mes.
“La falta de precipitaciones ha dejado a casi el 46% de las tierras sembradas en condiciones regulares a malas, lo que podría resultar en la pérdida de alrededor de 340.000 hectáreas de cultivo”, indica el informe de la BCR.
“Esto representa un duro golpe para los productores y la industria agrícola en su conjunto. La única provincia que ha experimentado una situación algo más favorable es Buenos Aires, donde las lluvias han favorecido un escenario de alta productividad”, añade.
Qué pasará con el maíz
Según la bolsa rosarina, la falta de agua y la imposibilidad de siembras tempranas de maíz han llevado a que 400.000 hectáreas se transformen en cultivos de soja.
“Esto reducirá el área de maíz a 8,48 millones de hectáreas, aunque se espera una producción que ronde los 56 millones de toneladas, lo que sería un aumento significativo en comparación con la campaña pasada”.
Debido a la reducción de superficie destinada a la siembra de maíz temprano, se proyectan 17,4 millones de hectáreas al cultivo de soja, que representa un incrmento del 8,75% sobre la campaña 2022/23.
Para la Bolsa de Comercio de Rosario, con condiciones climáticas normales, la Argentina podría producir aproximadamente 50 millones de toneladas de de la oleaginosa.
