En medio de los esfuerzos del Gobierno nacional de recuperar dólares por medio del blanqueo de capitales, una de las principales fuentes de divisas le jugó una mala pasada: el precio de la tonelada de soja cayó por debajo de los US$ 500 por tonelada, cuando todavía queda liquidar cerca de un 40% de la cosecha de 52 millones de toneladas.
Si bien la baja registrada en el mercado de Chicago ocasionada por datos de la cosecha norteamericana y una menor demanda de China, todavía aún no se tradujo de lleno en las operaciones de futuros de la oleaginosa en la plaza local, los analistas advierten que las perspectivas a mediano y largo plazo no son para nada alentadoras, y que los tiempos de bonanza que supieron ver a la tonelada en torno a los US$ 600 posiblemente no regresen, muy por el contrario, podrían seguir cayendo y afectar el nievel de reservas del Banco Central.
El último dato de la semana dejó su cotización en US$ 496 por tonelada, marcando una baja de 16% desde el arranque del mes y cerca de 11% en cuatro jornadas.
Existen diversos aspectos que indican que, más allá de la volatilidad que forma parte de todo mercado, la tendencia de fondo de los próximos dos años es una caída de los precios.
“Existe consenso a nivel internacional sobre la caída del consumo de soja para 2015 de 7,5%, por lo que las perspectivas no son favorables, y si la estimación se hace apenas un 10% por arriba de la estimación internacional, el escenario muestra que el Banco Central resignará unos US$ 7 mil millones entre 2014 y 2015”, explicó Agostina Nieves, analista de Puente.
Un aspecto a tener en cuenta es la tasa de interés fijada por la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED). “Existe evidencia que muestra que cuando la tasa es elevada, el precio de las commodities es bajo y, por el contrario, cuando la tasa se encuentra en niveles mínimos como los que se observaron en los últimos años, los precios como los de la soja se mantienen elevados”.
Esta situación, que hasta el momento fue favorable para las exportaciones argentinas podría variar cuando los datos de empleo en los Estados Unidos comiencen a recuperarse. En ese sentido, la FED advirtió que los estímulos a la economía no serán eternos, aunque no exista una fecha cierta para dicho cambio.
Mariano Lamothe, economista de Abeceb.com, señaló que “no sabemos cuándo cambiará la política de la FED, pero sí que tiene pensado hacerlo cuando sus indicadores mejoren”,
“Esta caída del precio de la soja enciende una luz amarilla para la economía por las restricciones externas vigentes y la fuerte necesidad de dólares para importar energía”, indicó.
Las miradas estarán en los próximos meses sobre la evolución de la cosecha norteamericana, el mayor productor mundial cuenta hasta el momento con la ayuda del clima, pero una abundancia de soja en el mercado nuevamente presionaría el precio a la baja. Por otra parte, habrá que seguir de cerca al mayor demandante mundial de estos granos, China. El gigante asiático decidió verder tres millones de toneladas del gran stock de granos que forman parte de las reservas estatales y colaboró con la caída de esta semana. “Ese país consume el 60% de la producción mundial de soja y el menor crecimiento de su economía es otro de los factores que pueden presionar a la baja el precio de la tonelada en los próximos años”, apuntó Nieves.