La épica del Gobierno en la pelea con los fondos buitre en Nueva York tiene aliados inesperados. Grandes bancos y gurúes, por distintos motivos, toman lo que vive la Argentina como un caso testigo y no quieren que se repita, mientras que importantes inversores cuestionan a entidades financieras y apuestan por empresas argentinas mirando el mediano plazo.
Ayer, la Asociación Internacional de Mercados de Capitales, ICMA según sus siglas en inglés, estableció nuevas normas para los canjes que todos los emisores tendrán en cuenta para evitar casos como el que transita Argentina con los holdouts y las demandas judiciales. Las nuevas reglas fueron formuladas por JP Morgan, Citibank, Merril Lynch, los principales bancos comerciales y los Bancos Centrales de más de 50 países. En total, son 450 instituciones financieras que adhieren a este ‘manual’ con el que ya nadie emitirá sin lo básico: cláusulas de acción colectivas -que contemplan que cuando el 75% de los acreedores acepta un acuerdo, el resto debe atenerse a las mismas reglas- y aclaración sobre cómo se interpreta el pari passu que, fundamentalmente, hecha por tierra la lectura que hizo Thomas Griesa sobre esta cláusula.
La aclaración avala que el pari passu señala que el holdout debe recibir el mismo acuerdo que el bonista que entró al canje y no al revés, como lo interpretó el octogenario magistrado neoyorquino que habilitó a NML, de Elliott management, a cobrar el 100% de los reclamado cuando los tenedores mayoristas habían aceptado una quita.
El plan “se creó después de reuniones entre el departamento del Tesoro de Estados Unidos a partir de la reestructuración de Grecia y ante las consecuencias del caso insignia de la Argentina contra NML Capital”, explicó el presidente de la red que busca aliviar deudas de países pobres, la Jubilee Network, Eric LeCompte.
El director de la ICMA, Leland Gross, explicó a PERFIL que las medidas se tomaron en parte por el caso argentino y la introducción de la mano de Grecia de las cláusulas de acción colectiva en la Unión Europea en 2013. Las nuevas normas “son contractuales. Cualquier soberano debe adoptar estas medidas en sus nuevas emisiones de títulos”, detalló Gross.
Fondos amigos. De la misma forma en que el magnate George Soros y Kyle Bass -el titular del Hayman Capital- demandaron al Bank of New York por no permitir los pagos de deuda de la Argentina y cuestionaron a Paul Singer, otros ‘lobos de Wall Street’ apostaron a las perspectivas de más largo plazo. Los ‘amigos’ de la Argentina, como el titular del fondo Fintech, David Martínez, tienen inversiones en el país y en áreas estratégicas como el agro y las comunicaciones. De la misma forma que Singer, son conocidos por sus inversiones de fuerte rendimiento y riesgo, con fuertes componentes especulativos o en áreas como los agroquímicos y el petróleo.
En su última carta a inversores, el titular del fondo Third Point LLC, Daniel Loeb, renovó su confianza en la Argentina y estimó que a fin de año el Gobierno llegará a un acuerdo para resolver el default. En el entretiempo, aumentó su participación en YPF. “Estamos en un período de inflexión crítico para el país. Si el Gobierno acuerda con los acreedores, Argentina volverá a ganar acceso a los mercados”, señaló.
Prórroga en Telecom
Telecom Italia extendió una vez más, ahora hasta el 25 de septiembre, el vencimiento de la operación de venta de su participación de control en Telecom Argentina al fondo Fintech, del inversor David Martínez, por US$ 960 millones.
Hasta el momento, el gobierno argentino no se expidió sobre la oferta que dejaría a Martínez con el paquete mayoritario de la empresa. La Secretaría de Comunicaciones, eventualmente la de Comercio y posiblemente la Afsca tendrían algo que decir habida cuenta del cambio de mayorías accionarias participada por una firma extranjera, la posición de mercado y la incompatibilidad de tenencias accionarias en Cablevisión-Fibertel y una de servicio público como los servicios de telefonía fija de Telecom Argentina.
A pesar del apoyo de Martínez a la estrategia del Gobierno ante los fondos buitre, no ha recibido un trato ‘pari passu’.