La producción de soja fue la peor en 20 años y provocó un desequilibrio de las cuentas del campo y del Gobierno. La sequía generó que la cosecha se desplomara un 52% en comparación con la campaña anterior. En total, el volumen fue de 21 millones de toneladas, lo que muestra una pérdida de 22,3 millones, un rendimiento que no tiene comparación, en la métrica que realiza la Bolsa de Cereales de Buenos Aires desde el año 2000.
“Tras concluir las labores en el Sudeste de Buenos Aires, donde los rendimientos superaron las expectativas, se ha dado por finalizada la campaña 2022/23 a nivel nacional para el cultivo de soja. La producción total alcanzó las 21 MTn, lo cual representa una disminución del 52% en comparación con la campaña anterior (Producción 2021/22: 43.300.000 Tn). El rendimiento medio a nivel nacional se situó en 15,4 qq/Ha, equivalente al 45 % del rendimiento promedio de la campaña 2021/22 (Rendimiento medio 2021/22: 27,9 qq/ha) y al promedio de los últimos cinco años”, sostuvo el informe.
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Desde la Bolsa de Cereales indicaron: “La sequía, sumada a las altas temperaturas registradas sobre el centro de la región agrícola durante gran parte del ciclo del cultivo, han resultado en pérdidas de área cosechable, principalmente para la soja de segunda y han generado una disminución significativa de los rendimientos”. El análisis reveló que la productividad fue negativa en casi todas las regiones del país. El rinde promedio sobre el Núcleo Norte finalizó en 15,2 qq/ha y para el Núcleo sur en 13,8 qq/ha, teniendo un gran impacto en la producción a nivel nacional, ya que ambas zonas son las que más soja aportan.
La recaudación volvió a sufrir con la crisis del campo
Este escenario generó un declive profundo en el ingreso de divisas, estimado en torno a los USD 19.000 millones. Sucede que la caída de la producción se reflejó en el derrumbe de las liquidaciones del campo, que durante junio cayeron 59% en comparación con el mismo mes del 2022. Pero si el contraste es con mayo, la contracción fue del 62%, según un informe de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).
La entidad precisó que en el sexto mes del año y sin el incentivo del dólar-soja, el aporte fue solamente de US$1.581 millones. “El ingreso de divisas del mes de junio es el resultado de la magra cosecha gruesa, fuertemente impactada por la sequía, la culminación del dólar especial del Decreto 194/23 y la situación económica general”, afirmó.
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El efecto climático golpeó los bolsillos del Estado. La recaudación alcanzó durante junio $3,5 billones, lo que implica un crecimiento nominal de 109,2% interanual, aunque medido con el efecto inflacionario la deja abajo en torno a los 3,7%. “El primer semestre exhibió un desempeño seriamente afectado por el impacto de la sequía en los Ingresos provenientes del Comercio Exterior. Si se excluyen estos tributos durante dicho período se registró una suba de 106,1% i.a., mientras que, si se incluyen, la suba alcanza el 95,9%”, sostuvo el informe publicado este lunes por la noche por el Ministerio de Economía.
Una apuesta al futuro de los ingresos
La apuesta de estabilidad que muestra el Gobierno son los pronósticos a futuro. Fuentes del equipo económico, consultadas por PERFIL, destacaron el cambio de tendencia en el futuro de la producción agrícola y, en la mesa de trabajo del secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, como en el celular del ministro Sergio Massa, está un informe de la Universidad Austral, que señaló que en mayo se registró una “mejora de la confianza de los productores impulsada por el índice de condiciones futuras que contrarresta la mala situación presente”. De esta manera, se sustenta con datos un cambio favorable en las expectativas del sector privado. Está en los niveles más altos desde el 2019.
El Índice de Confianza de los productores agropecuarios medido por el AG BAROMETER AUSTRAL muestra una importante mejora del 21% con relación a la medición de marzo 2023 (84 vs 69). Esta mejora “se basa exclusivamente en el Índice de Expectativas Futuras que alcanza un valor de 120, uno de los más altos de la serie, siendo que no se daba un Índice por encima de 100 desde el mes de julio 2019, previo a las PASO de dicho año”.
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En este sentido, el AG BAROMETER AUSTRAL confirma que “con relación a los próximos 12 meses, hay una mejoría importante en las expectativas de la situación financiera de los productores (167 vs 93 de marzo) dando a entender que lo peor ya ha pasado y se encamina una vuelta a la normalidad”. El informe advierte que la dispersión entre las condiciones presentes y las expectativas a futuro “pareciera indicar que se está dejando atrás uno de los peores años de la historia reciente, con acontecimientos como la sequía que azotó la Campaña 2022/23 (generando una pérdida de más de 50 millones de toneladas de producción de los principales cultivos), y una caída en los ingresos de alrededor de 18.900 millones de dólares que afectó a todos los integrantes de las cadenas productivas”.
AM / ED