Síndrome de fin de ciclo, consecuencias de un renacimiento o simple reacomodamiento a una realidad que se presenta algo adversa, lo concreto es que el aire en los pasillos de la Casa Rosada y la sede del Palacio de Hacienda -que alberga a los ministerios de Planificación y Producción además de Economía-, están más que cargados de tensión.
Y los desencuentros son cada vez más frecuentes entre los funcionarios del Gobierno nacional. Particularmente entre aquellos que deben administrar el mayor desafío de estos tiempos, la crisis económica, sin desatender las cada vez más acuciantes necesidades políticas de un oficialismo ajustado.
Pese al brevísimo tiempo que lleva al mando de la cartera de Economía, Amado Bourdou ya fue alcanzado por los chispazos e internas de la gestión K. Su relación con la ministra de la Producción, Débora Giorgi, no es de lo más fluída y su idea de limpiar al INDEC de la polémica figura de Guillermo
Moreno, chocó inmediatamente con el poder de este último y quedó teñida de dudas cuando designó como director técnico de ese organismo a Norberto Itzcovich, brazo ejecutor del secretario de Comercio. Se trata de dos relaciones clave en las que una mejor sintonía le allanaría el camino para obtener su fin más inmediato: regularizar la relación financiera de la Argentina con el mundo.
Empezando por el caso más sencillo y conocido, el ministro asumió sin intención de enfrentarse con Moreno, convencido del aval del ministro de Planificación Julio De Vido y de la propia Presidenta para contrapesar el efecto nocivo del secretario.
Algo que aún no ha conseguido y que, al menos por ahora, hasta luce como poco el aval que recibe del ¿todavía? hombre fuerte del kirchnerismo e incluso el apoyo de la propia Presidenta. Así, su voluntad de imprimirle cambios al INDEC quedó limitada a una especie de maquillaje de auditoría doctoral delegada en las Universidades de Buenos Aires, la de Tres de Febrero, Rosario y Mar del Plata, entre otras, incluso con objeciones, que serán las encargadas de formar un Consejo académico que revisarán las estadísticas.