Una cita anual entre bancos de inversión, calificadoras y ministros de Economía de la región llevó ayer al ministro Axel Kicillof y el jefe de Gabinete Jorge Capitanich a desembarcar en Costa do Sauipe, en Brasil, donde la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se convirtió en la excusa para intentar conseguir dólares frescos y una línea de crédito de Brasil para aumentar el comercio bilateral.
Para esto la delegación argentina se reunió ayer con César Borges, flamante ministro de Desarrollo e Industria de Brasil para cerrar un esquema de financiamiento que sólo terminó en un “acuerdo de intención” para buscar herramientas que favorezcan el intercambio bilateral.
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También se reunieron con el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, Hasan Tuluy, para asegurar los fondos que llegan a través de ese organismo, donde una línea dura de países amenazó con cortar los flujos a la Argentina y llevó al país a pagar fallos en contra en el Centro de arbitraje de diferendos de inversión (Ciadi), un tribunal del BM.
Este mediodía los funcionarios del Gobierno se reunirán con el presidente del BID, Luis Alberto Moreno por unos US$ 1.400 millones en financiamiento.
Kicillof viajó acompañado por los secretarios de Finanzas, Pablo López y de Política Económica, Emmanuel Alvarez Agis, y el encargado de la relación con los organismos internacionales de crédito, Agustín Simone. Además de la reunión de “gobernadores” -ministros- del BID, un plenario donde se analizarán las cifras de crecimiento de América latina-, el encuentro es ámbito para el lobby de los principales bancos de inversión y comerciales y los Estados -Nacionales y provinciales- que buscan financiamiento.
En medio de un plan para acelerar la vuelta a los mercados -a la espera de la negociación con el Club de París y el cierre del caso con los holdouts en Estados Unidos- la delegación argentina tiene a su disposición a los peces grandes de la banca internacional están confirmados, muchos de ellos viejos conocidos de la Argentina, artífices de reestructuraciones y emisiones de deuda: JP Morgan, el Bank of America, Morgan Stanley, Barclays, Citi, Deutsche y Lazard Frères.
Desde la Argentina viajaron representantes de los principales bancos que operan en el país, incluidos los oficiales, como el Banco Nación, el Provincia y el Banco Ciudad. La ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires, Silvina Batakis encabeza la delegación de jurisdicciones siempre a la caza de financiamiento.
Cautela. El domingo el BID presentará un nuevo informe macroeconómico que incluye proyecciones de crecimiento de la Argentina. El cambio de base para el cálculo del PBI y la nueva cifra -para 2013 la el nuevo crecimiento fue de 3%, casi dos puntos por debajo del cálculo anterior- obligan a los organismos internacionales también a llevar adelante sus correcciones.
Consultado por PERFIL, el FMI mantuvo su cautela y la posición de que seguirán evaluando los avances estadísticos de la Argentina, que llegaron después de que el organismo los emplazara a mostrar cifras confiables de inflación y crecimiento. Uno de los voceros del FMI, Raphael Anspach, recordó que la junta hará una revisión después de cada paso establecido por el cronograma que indica que la nueva cifra a revisar será en septiembre de este año.
También la Comisión Económica de América latina y el Caribe (CEPAL) que había estimado para el año pasado un crecimiento preliminar de 4,5%, señaló que la cifra se recalculará “hacia arriba o hacia abajo” en su próximo informe general, a fines de abril, mientras que el FMI presentará nuevas proyecciones en la primera quincena de abril. Hasta ahora los organismos internacionales se habían mostrado más cautos con el crecimiento (en la vieja base 1993) que el INDEC mientras que ahora podrían estar pecando de optimistas: en la última estimación de crecimiento del Fondo había marcado 3,5% para el 2013.
