ECONOMIA
entrevista al ex secretario de finanzas

Nielsen: “Cuanto más tiempo pase, más difícil para el país será negociar”

Uno de los padres de la cláusula RUFO, que venció esta semana, no cree que el Gobierno vaya a acordar. “Volvería a firmar esa regla”, desafía.

Perspectivas. Nielsen comparte con el Gobierno que el reclamo de los buitres es injusto, pero critica la inacción de los funcionarios.
| Nestor Grassi

La cuenta regresiva para que el gobierno argentino pueda sentarse a negociar el pago a los fondos buitre llegó a su fin. Después de diez años de vigencia, venció el 31 de diciembre la cláusula RUFO –Rights Upon Futures Offers– que establecía que cualquier pago superador a lo pactado en los canjes de deuda de 2005 y 2010 debía extenderse a todos los acreedores.
PERFIL habló con el ex Secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, uno de los artífices de esa norma –ahora colaborador del presidenciable Sergio Massa–, sobre el escenario que se abre para el país a partir de esta semana.
—¿Volvería a incluir la RUFO en una reestructuración de deuda?
—La RUFO no es una cláusula específica de la reestructuración de la Argentina, cuando se hace una emisión de deuda privada, hay una RUFO, pero con otro nombre, y busca salvaguardar a los que aceptaron una quita. Se adopta para que el acreedor no se dé vuelta y negocie con un pequeño grupo algo mejor que lo que ya acordó con los demás. Es una clásula estándar, sólo se discute si es a ocho, diez o 15 años. Sólo fue sorpresivo para el periodismo y los economistas que nunca trataron un tema de deuda. Es una cláusula que volvería a firmar.
—Junto a su equipo propuso hacerle juicio a los buitres en las islas Cayman. ¿En qué consiste la estrategia?
—Entiendo y comparto la posición argentina en cuanto a que esto de los buitres es muy injusto. Pero no comparto para nada la instrumentación, quedarse en el lamento no sirve de nada. Se debería hacer un contraataque legal.
Hace seis meses que el fallo tiene sentencia firme y la Argentina no hizo nada. Llevamos una presentación al ministro de Economía y a la procuradora del Tesoro, y el lunes pasado realizamos un pedido de pronto despacho.
Consideramos que existe una “intención maliciosa” por parte de estos fondos al impedir que la Argentina pague normalmente su deuda.
El juicio puede hacerse en las islas Cayman porque los fondos tienen el domicilio legal allí y, al ser una colonia británica están bajo legislación anglosajona (Common Law) que sostiene que está prohibido comprar un contrato incumplido para ser cobrado a través de un proceso judicial. Como son fondos que manejan activos, pero no tienen ninguno propio, el bien con el que deben responder es el fallo a favor que tienen. Como en Cayman no tienen Corte Suprema, el caso pasaría al Privy Council, la corte inglesa. Los buitres no pueden operar en Londres y no lo hacen. Esto los retiraría de Estados Unidos por orden de un juez de Cayman.
—¿Y qué pasaría con el fallo Griesa?
—Griesa fue más allá de lo lógico porque le dio un carácter internacional a la ley de Manhattan que no tiene.
—¿Cuál es el mayor riesgo ahora para la Argentina?
—Lo peor es que los “me too” –quienes buscan sumarse a la sentencia que lograron los buitres– logren ser tratados con igual derecho. La Argentina debería haber entrado en una negociación, no retirarse para encapsularlos y asegurarse de que este fallo esté limitado a los 15 demandantes. Ahora la acreencia podría llegar a cerca de US$ 10 mil millones.
—El Gobierno sostuvo que ofertará lo mismo que a los reestructurados. ¿Qué expectativa tiene?
—En un momento decían “en enero arreglamos”, y yo no veo la tarea parlamentaria necesaria para eso. Esa oferta ya fue rechazada y hay que entender que esta gente ya ganó hasta en la Corte Suprema. Creo que el Gobierno tiene la actitud de patear el tema hasta las PASO y cuanto más tiempo pase, más difícil será para el país. El próximo gobierno necesitará financiamiento en el mercado de Nueva York.
—¿Por qué cree que hay mayor riesgo de aceleración?
—Porque los grandes fondos creyeron en el argumento de la RUFO y pueden sumarse a los fondos chicos que quieren una aceleración imparable. Ya reunieron el 25% y si uno de los grandes cambia de opinión, pueden llegar al 50%. Entramos en zona de riesgo.
—Sin embargo, la cotización de los activos locales es alta.
—El mercado cambió, pero no tanto como para modificar las cotizaciones. Quienes buscaban rendimientos de dos dígitos antes podían optar sólo por Argentina y Venezuela. Pero la caída drástica del petróleo hizo que compañías de Canadá y Estados Unidos se sumen a esa lista y con legislación norteamericana, y cifras más transparentes. Eso hace que los activos locales pierdan atractivo. Los grandes bancos de inversión perdieron interés en el país. Por reestructuraciones de deuda, es más interesante Puerto Rico. Pasamos a un segundo o tercer plano.
—¿Cuál es el escenario para el sector privado?
—Las grandes empresas tienen más restricciones al crédito, es más caro y necesitan cartas de crédito que el sistema financiero local no puede afrontar, mientras que las pymes son las más perjudicadas. Las economías regionales están ahogadas y la baja de la soja junto con las retenciones a la exportación y un dólar barato, hicieron que ya en muchos lugares no sea rentable sembrar.

Problemas post 2016
Puesto en su rol no habitual de gurú, Guillermo Nielsen, asesor de Sergio Massa, remarca que 2015 va a ser un año de alta inflación.
“Creo que la desaceleración de la suba de precios de los últimos meses es el resultado de las políticas aplicadas por (Juan Carlos) Fábrega quien trató de contener la expansión monetaria. Esa política dejó de existir”, apuntó. Según su visión el congelamiento de tipo de cambio nominal va a llevar a un atraso cambiario mayor y el próximo gobierno “va a estar con las manos atadas por el problema jurídico”. Y con las dificultades que las grandes empresas tendrán para financiarse si no se logra atraer dólares, “puede  llegar a verse un racionamiento. La gente va a visualizar menos empleo, menos horas trabajadas, y más suspensiones de turnos”. En ese marco, el sector petrolero tampoco estará a salvo de las turbulencias. Con un barril de petróleo por debajo de los US$ 100 –ayer cerró en torno a US$ 52–, “Vaca Muerta pierde atractivo”. Por último, el dólar se fortalece en el exterior y los países de la región intentan, al contrario de la Argentina, ser más competitivos, dijo.