El viceministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró que la economía está creciendo "a pesar de los presagios derrotistas y de la mala onda de la prensa dominante y de los profetas de la derrota que nacen en los charcos de podredumbre cada dos años, en los períodos preelectorales, para decir que todo va a ir mal y que hay que cambiar todo".
El viceministro criticó a "los que dicen que nos caímos del mundo y hablan como muñecos de ventrílocuos de las calificadoras de riesgo de los que quieren que nos endeudemos".
Al participar en el seminario "Argentina y America Latina, la Agenda para el Desarrollo y la Integración: Las Relaciones Sur-Sur", el funcionario destacó que "el mercado interno es la variable que le ha permitido a la Argentina crecer, industrializarse y generar empleo".
Kicillof aseguró también que "no se puede crecer de manera sustentable sin distribuir" la riqueza y adelantó que "hay un reverdecimiento de los indicadores" que marcan una mejora en los parámetros de la economía local.
El camporista cuestionó también "el recetario de la ortodoxia" económica, que consiste en "bajar salarios y gasto público, subir tasas de interés, endeudarse con el extranjero y devaluar".
El viceministro aclaró, además, que su presencia en el seminario "no obedece a lo que ocurrió el último domingo", en referencia a la derrota del Frente Para la Victoria en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), "sino que estaba pautado desde hace meses".
"La economía se va moviendo a pesar y a contramano de los presagios derrotistas, de la mala onda en la que vivimos permanentemente por la prensa dominante, que hoy anuncia catástrofes que son iguales que las que anunciaron en 2011 y 2009, como suele suceder cada dos años. Ese es el aspecto más llamativo del ciclo electoral: la cantidad profetas de la derrota que nacen en los charcos de podredumbre para decir que todo va a ir mal, que los argentinos no podemos, que hay que cambiar todos los parámetros que estructuran un modelo económico", señaló.
Además, Kicillof remarcó que lo que proponen ellos son las recetas de la ortodoxia, aún vestidas con ropaje heterodoxo, que dicen que para generar estabilidad hay que subir la tasa de interés, gastar menos, reducir los salarios, tranquilizar los aumentos de las jubilaciones y volver a endeudar a la Argentina".
Al igual que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ayer, el viceministro cuestionó a "los diarios" por "querer invisibilizar la crisis económica mundial" y señaló que "resulta anacrónico decir que este modelo se ha nutrido de un viento de cola, ya que estamos en medio de una de las crisis más grandes del capitalismo".
"Estamos convencidos de que nuestra política es acertada, en tiempos de viento en contra, no de cola", agregó. De todos modos, admitió que "para crecer en la industria necesitamos que crezcan las exportaciones", algo que se dificulta, ya que "no hay política nacional que pueda generar demanda en quienes compran a nivel internacional" y que en la actualidad sufren las consecuencias de la crisis financiera.