Son apenas un puñado de personas reunidas en una pequeña sala de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. A sus espaldas, dos carteles relucientes los definen como el (primer) Sindicato de Trabajadores del Sistema Bursátil, Sitrabur. Horas después de celebrar una primera elección, se ríen cuando les preguntan si serán los “gremialistas con campera de cuero de la City”, aunque rápidamente aclaran que, ante un despido, “no dudarían en hacer un paro”.
Entre los presentes se encuentra Mariela García Lastra, abogada y secretaria general del primer sindicato de brokers en el número 347 de la calle 25 de Mayo. Es una de las últimas fronteras que cruzó la puja distributiva. Con una agenda concreta para 2014 que se concentrará en reclamos básicos, explica que se busca avanzar en las preocupaciones de “trabajadores de bolsa, agentes de liquidación y compensación de operaciones y de depósito colectivo de valores negociables y mercado de valores”.
“Lo primero que tenemos en agenda es la definición de un escalafón, para categorizar correctamente a todos. Hoy no existe, no tenemos antigüedad, no tenemos categorías, hay personas con la misma tarea que tienen una gran diferencia de sueldo”, enumera García Lastra, y agrega que “otros directamente cobran menos de lo que corresponde a su tarea porque su recibo de sueldo menciona otro cargo”.
Dichas diferencias surgen, según describen los demás integrantes de la Lista Azul –que en algunos casos superan los treinta años de trabajo en la Bolsa–, de años de falta de representación gremial. Agregan que, por la especificidad de las tareas que realizan, no podían ser encuadrados como bancarios, respecto de quienes, en comparación, quedaron fuertemente retrasados en los salarios.
En los 159 años de historia de la Bolsa de Comercio hubo tres intentos de sindicatos, pero no prosperaron. El más recordado fue el de 1985, cuando intentó ingresar el Partido Obrero y hubo una ola de despidos.
Recién este año lograron la inscripción del sindicato bursátil, que ya tiene cerca de 160 afiliados.
El armado del sindicato arrancó hace más de dos años, cuando la nueva Ley de Mercado de Capitales les hizo temer por despidos. “Cuando logramos explicar que no nos oponíamos a la ley sino que nos preocupaban los puestos de trabajo, pudimos avanzar hasta conformar este esquema de representación”, destacó García Lastra. Si bien ya cuentan con la personería jurídica, tienen pendiente la gremial, por lo que desde diciembre están siendo asesorados por Antonio Caló, de la CGT oficialista, y sus abogados. En lo que respecta al resto del país, por el momento solamente Rosario los acompañó con elecciones, aunque tuvieron complicaciones con el despido de un empleado. “Vemos que en el resto del país muchos de los trabajadores del sector bursátil –que suman cerca de 3 mil personas– tienen algo de miedo, pero confiamos en que de a poco van a empezar a participar para mejorar la situación que tenemos”, confiaron los fundadores de Sitrabur.
El nuevo gremio bursátil deberá negociar con el otra vez presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, que por primera vez desde 2003 volvió a enfrentar a una lista opositora para consagrarse nuevamente como titular de la entidad. Hasta el momento, Héctor Orlando, que asumió la presidencia de la institución luego del fallecimiento de Horacio Fargosi, “tuvo buen diálogo con los trabajadores del sector”
