El ministro Sergio Massa buscará hacer confluir un triple cierre de acuerdos para lograr un colchón de reservas en el Banco Central, que le permita acortar las riendas de la economía, antes de que se conozcan los candidatos del Frente de Todos que competirán en las elecciones primarias de agosto próximo. Será durante un viaje a fin de mayo a Shangai y otro muy cercano a esa fecha a Washington, en un fino equilibrio geopolítico que ensaya entre los dos gigantes comerciales del mundo, Estados Unidos y China, y su socio regional más poderoso, Brasil.
La jugada de Massa, confirmada a PERFIL por fuentes de su entorno más cercano, está enmarcada en un nuevo escenario electoral, con la ratificación del renunciamiento electoral de la vicepresidenta Cristina Kirchner y la ampliación de sus posibilidades para competir por la sucesión presidencial, con el respaldo del kirchnerismo. El plan es enderezar las variables macroeconómicas para evitar nuevos embates financieros y poder, así, enfrentar una campaña competitiva, en medio del desgaste que la inflación y la corrida cambiaria le generó a su gestión desde casi el inicio del año.
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“El objetivo es poder empalmar el cierre del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un aumento del swap de China y el prefinanciamiento de exportaciones de Brasil para evitar el uso de dólares en el comercio bilateral. Todo servirá para agrandar las reservas del Banco Central y poder pasar el período electoral sin mayores sobresaltos”, señaló la fuente del quinto piso del Palacio de Hacienda, consultada por este medio. En la primera semana de junio Massa forzará la recalibración del acuerdo con el FMI para poder sacarse de encima una negociación que se estiró más de la cuenta, más allá de los “guiños de confianza” que logró el equipo económico ante las últimas medidas, luego conocido el 8,4% de inflación en abril.
Más yuanes y un intercambio comercial prefinanciado con Brasil
En la agenda del ministro está la cumbre de los BRICS el 31 de mayo en Shangai, en donde se modificará un artículo del banco de la institución financiera para destrabar el compromiso que el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva asumió con Alberto Fernández para patear por un año el pago de las importaciones. En esa misma cumbre, Massa podría traerse un aumento del swap de monedas con China, que le permitirá utilizar yuanes para pagar importaciones desde el gigante asiático para sostener la actividad productiva local y, además, se sumarán a las reservas internacionales del BCRA.
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Desde que se anunció la activación del swap y se profundizaron las relaciones comerciales y políticas con China, hubo una explosión de consultas de bancos locales para poner en práctica el pago de importaciones a través del RMB, según la denominación original de la moneda china. Fuentes del mercado involucradas en el comercio exterior con el gigante asiático confiaron a PERFIL que “el objetivo del gobierno popular de China es lograr que el yuan se convierta en una moneda dura de referencia para el pago en los intercambios comerciales”. Por ese motivo, se aceleraron los procesos de información y en los próximos días podría conocerse la primera vinculación comercial para utilizar el clearing de corresponsalía.
Este martes, Massa y el presidente del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), Claudio Ambrosini, encabezaron el acto “WIFI 6” para el anuncio de asignación de la banda de espectro para el uso y desarrollo de la tecnología WIFI 6, con la presencia de representantes de las empresas Meta; Intel, Qualcomm, Amazon, Dynamic Spectrum Alliance (DSA), Broadcom, Cisco, HPE, Microsoft, Apple, Google, Federated Wireless. Esa definición le abre la puerta a una inversión directa en torno a los USD 2.000 millones, según especularon desde el entorno del ministro. Pero también, le permite hacer equilibrio al Gobierno en la puja geopolítica por la inserción de chinos y estadounidenses en el debate por el 5G. “Vamos a apurar una decisión, porque significa el ingreso de dólares, pero, a la vez, un guiño hacia Estados Unidos, en medio de la decisión del FMI”, confió una fuente del quinto piso del Palacio de Hacienda.
Massa, el equilibrista, parte mil
Las medidas económicas seguirán durante toda la semana, según adelantaron distintas fuentes del equipo económico. Se espera para este jueves que el Banco Central tome nuevas definiciones que afecten a las finanzas y al comercio exterior, aunque todavía no trascendieron sus contenidos. El plan de Massa es no dejar tiempos muertos que los pueda llenar el mercado con las incertidumbres y corridas, que le permitieron, hasta el momento, poner a prueba el poder de fuego del Palacio de Hacienda, con las tensiones cambiarias. Sucede que el ministro sabe que una propuesta electoral para un futuro gobierno está condicionada con la gestión económica actual, cargada de angustia ante la inflación y las amenazas constantes de devaluación.
La ratificación del renunciamiento electoral de Cristina Kirchner le ensanchó el camino presidencialista a Massa, aunque se sostiene abierto el frente de batalla con el presidente Alberto Fernández, que insiste en la necesidad de poner a varios candidatos en la línea de debate en las PASO. La carta de la vicepresidenta, con críticas a la gestión económica histórica del Gobierno nacional, pero sin mención a la coyuntura, sobreguardó al jefe del Palacio de Hacienda, que sigue juntando señales hacia su postulación. Algunos dirigentes de su entorno destacaron, en consulta de este medio, que “la relación con CFK y La Cámpora es muy buena”, lo que le daría plafón para sostener el sueño presidencialista.
Existe, sin embargo, un fantasma que recorre los despachos del equipo económico: el desabastecimiento. La decisión del ministro de poner al jefe de la Aduana, Guillermo Michel, como inspector en el Mercado Central sirvió como botón de muestra de la ferocidad con la que atacará ante nuevas remarcaciones incontrolables, que acerquen al temido número de dos dígitos del IPC de mayo. Las empresas prometen vaciar de productos a las góndolas y vidrieras, según pudo saber PERFIL, si es que existe una suerte de “caza de brujas”. Por lo pronto, la Secretaría de Energía logró sostener el sendero de aumento de precios de los combustibles en el 4%, acuerdo que había logrado el Gobierno, pero que debió ratificarse ante el reclamo de las petroleras por la pérdida de rentabilidad ante la disparada inflacionaria.
AM / ED