Fajos, pilas, canastos, montañas de dólares, por miles de millones saturan las tesorerías de los bancos, que aseguran que debieron cuadruplicar el espacio destinado al almacenamiento a partir de la llegada de los billetes del blanqueo de capitales, y por supuesto sumar personal y maquinarias para contarlos y almacenarlos correctamente. En la Argentina, siempre los extremos: o no hay divisas y se pone el cepo, o sobran y saturan las bóvedas.
Mientras que para los funcionarios la falta de espacio para guardar los dólares es una señal de éxito del blanqueo, para los ejecutivos del sistema es un dolor de cabeza. Deben sumar medidas de seguridad, y hasta acuden a las bóvedas de las firmas de recaudación y transporte de caudales. Allí, buscan cómo optimizar el espacio para la enorme cantidad de divisas que salió de cajas de seguridad, y el famoso “colchón” para ingresar al sistema.
De acuerdo con las últimas cifras oficiales, se “sinceró” hasta el 21 de noviembre un total de US$ 21.863 millones, de los cuales US$ 7.185 millones correspondieron a billetes en efectivo, y de ese monto, US$ 1.500 millones ya fueron enviados para ser depositados en la cuentas de corresponsabilidad. En noviembre, la cantidad de billetes en moneda extranjera de los bancos era de US$ 4.800 millones, que muestra un aumento de US$ 1.900 millones con respecto a octubre, un 65% más.
Si bien el impacto en cada entidad fue diferente, en un extremo la necesidad de cuadruplicar el espacio generó estrés en los responsables de las tesorerías porque “ningún billete será guardado en una sala que no cumpla con las normas correspondientes”.
For export. Algunos bancos apelaron a “exportar dólares” a cuentas en Estados Unidos, “pero hacerlo es muy caro”, se queja un directivo privado que aclara que por razones de seguridad “sólo se mandan unos US$ 10 millones por vuelo, por lo que algunas entidades deberían contratar entre ochenta y cien aviones si quisieran depositar todo en sus cuentas del exterior”. Fue esa exportación de billetes la que explicó la suba de las reservas del Banco Central semanas atrás: una vez que son depositados, se suman al encaje y se computan como parte de los US$ 37.088 millones de las arcas estatales.
Puja. Por lo bajo, los banqueros se quejan y aseguran que el Banco Central no toma los billetes que ellos quieren depositar en las cuentas que tienen en la entidad presidida por Federico Sturzenegger. La autoridad monetaria responde diciendo que en octubre se modificó la normativa de la Posición General de Cambios para que se contemple el ingreso de billetes por el blanqueo y los bancos no se vean obligados a incumplir la normativa hasta entonces vigente en cuanto al volumen de moneda extranjera en su poder. En suma, las divisas con ilustraciones de próceres norteamericanos saturan las tesorerías de los bancos. Según bancos privados, la cantidad de billetes físicos en manos en los tesoros aumentó 25% desde julio –mes previo al inicio del blanqueo– hasta octubre, un salto que no dio tiempo para adaptar instalaciones.
Buscan alternativas. “Lo malo es que todos los billetes físicos representan para los bancos un capital que no está generando ningún rendimiento, es dinero inmovilizado, y si hablamos de dólares la preocupación es mayor”, recordó un ejecutivo privado. A esto se suman los gastos de logística, personal, máquinas para contar cada dólar, y revisar el estado en el que encuentran.
La única buena noticia es que la etapa de ingreso de dinero físico terminó, y se deberá avanzar en el otorgamiento de crédito en moneda extranjera a quienes califiquen dentro de la cadena de exportación. Por supuesto, no pierden de vista que cada persona que se adhirió al blanqueo es un potencial cliente de nuevos productos bancarios, y que deberán trabajar en tentarlos para retenerlos.