En el engranaje económico oficial, en el que las variables se van moviendo de manera tal de asegurar una fuerte demanda, sin espiral inflacionario, y una oferta de dólares que evite el “estrangulamiento externo” (la falta de divisas para el pago de importaciones), asoma un problema: los consultores privados están bajando sus previsiones de superávit comercial anual para menos de US$ 10 mil millones, por problemas locales y externos.
Desde FIEL y Econoétrica estiman una sensible merma en la diferencia entre ventas y compras al mundo. En el Estudio Broda, por caso, ya hablan de un superávit de US$ 8 mil millones para todo el año. En tanto, desde el Iaraf, ponen el foco en la importancia en este número del rojo energético, que en 2013 ascendería a US$ 9.200 millones.
La consecuencia de la menor proyección de exportaciones es directa: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, cierra más el grifo importador para asegurar los dólares que necesita la economía. La medida puede traer un dolor de cabeza al Gobierno: menos insumos importados significan menos actividad en las fábricas.
La Unión Industrial de Córdoba (UIC) emitió esta semana un comunicado en el que denuncia que hay trabas a insumos esenciales que “impactan de manera directa en la pérdida de competitividad”. En la Cámara de Importadores, en tanto, prevén dificultades porque conocen la lógica Moreno del comercio exterior: si faltan dólares, se cierra la frontera.