Telecom Italia (TI) decidió ayer concederle un mes más al fondo Fintech, del magnate mexicano David Martínez, para cerrar la operación de compra del paquete de control de Telecom Argentina, que está pendiente de aprobación por el gobierno argentino. Martínez les había ofrecido hace casi un año a los italianos US$ 960 por el 68% de Sofora, una sociedad que controla Nortel en sociedad con el Grupo Los W, de la familia Werthein, que a su vez tiene 78,8% de Nortel, propietaria del 54,75% de Telecom Argentina. El resto cotiza en Bolsa.
El negocio se hizo en el contexto dual de la necesidad de TI de obtener financiamiento para su operación global, vendiendo activos en varios mercados y porque la Argentina la obligó a desinvertir para desarmar una posible posición dominante en el mercado argentino tras el incremento de participaciones de la española Telefónica en el capital de la italiana.
El gobierno argentino tiene que expedirse por el cambio de acciones de control de una empresa de servicios públicos, por un lado; y debe también dictaminar acerca de las participaciones cruzadas con Telefónica en Defensa de la Competencia. También queda bajo escrutinio la participación de Fintech en Cablevisión, algo que podría contradecir la Ley de Medios.
Pero nada de todo eso realizó el Gobierno desde noviembre de 2013, y la operación corría riesgo de caer. Ayer, al filo del vencimiento de nuevas prórrogas para el final de la operación, que venció originalmente el 18 de agosto pasado, el directorio de TI accedió a prorrogar un mes más, hasta el 24 de octubre próximo, la operación.
Anoche, Fintech emitió una declaración en la cual explicó que “ha propuesto a Telecom Italia extender el plazo originalmente previsto para la obtención de la aprobación de la Secretaría de Comunicaciones y la adquisición de control de Telecom Argentina. Unicamente con posterioridad a la autorización expresa de la Secretaría de Comunicaciones Fintech adquirirá el control de Telecom Argentina”.
Condiciones. A ese pedido, que Fintech formalizó el jueves y lo comunicó a la SEC de los Estados Unidos, TI lo respondió a última hora con una respuesta que implica cambios al status actual de la situación.
El directorio “ha conferido poderes al management para evaluar y definir con Fintech posibles modificaciones al proceso de venta de la totalidad de las tenencias de control del Grupo en Telecom Argentina, previamente acordadas en el contrato firmado el 13 de noviembre de 2013”, explica.
“Las negociaciones seguirán una hoja de ruta fijando ciertas condiciones para administrar la demora en la obtención de las aprobaciones regulatorias necesarias, incluyendo ciertas garantías para la compañía (TI)”, agregó la firma italiana.
En buen romance, se modificará el contrato original considerando el contexto de la aprobación, aunque los italianos le pedirán que formalice determinadas garantías para proteger a TI de la demora. A la vez, los cambios en el contrato tenderán a adecuar en los hechos el contrato a la nueva situación.
Idas y venidas. Para entender lo que implican estas demoras en cumplir con la operación, hay que apreciar que en estos meses: Telefónica decidió desprenderse de su participación de control en TI, a través de un canje de acciones al comprarle a Vivendi una compañía en Brasil y TI está conmovida por una oferta del magnate hispano-norteamericano Sol Trujillo, quien ya tomó contacto con autoridades italianas para conversar sobre su intención de tomar el control de la empresa.
Por su parte, David Martínez prometió más inversiones en el sector con Telecom. De hecho, la licitación de 4G con la cual el Gobierno espera hacerse de US$ 2 mil millones depende del cierre de este deal. Si no se concreta, la disponibilidad de los fondos se vería limitada.
Pero además se mostró funcional a la estrategia del Gobierno para frenar, como socio, una maniobra del Grupo Clarín para evitar la desinversión dispuesta por la Ley de Medios.
Finalmente, fue el inversor en deuda argentina que con mayor intensidad respaldó la estrategia en contra de los fondos buitre. Criticó su accionar (peleó con ellos en otras reestructuraciones de deuda) y avaló la idea de cobrar bonos en el país. Participó también en un plan para ampliar el canje.