Resurgen críticas del FMI a la política económica pese al giro ‘market-friendly’

El Fondo Monetario insistió ayer durante la Asamblea en Washington en su intención de supervisar la política económica argentina, advirtió sobre el cepo –control de cambios– y recomendó “contener el gasto público”. Allí estaba el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, que viajó con su gabinete financiero.
El director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, reconoció en conferencia de prensa que el organismo mantiene un “diálogo constructivo” con Economía, pero aclaró que no hay cambios en cuanto a la negativa de someterse a la revisión macroeconómica que establece el Artículo IV y que la Argentina rechazó desde que pagó el total de la deuda con el organismo en 2006. Pese a esto, el Fondo estimó que la Argentina crecería un 3,5%, aunque también indicó que la inflación sería de 10,8%, de acuerdo con los datos presentados en el informe de perspectivas económicas de América latina. Para el economista mexicano, existen “presiones” de la balanza de pagos que generan restricciones de oferta importantes que creemos pueden afectar al crecimiento económico”, indicó.
El próximo 13 de noviembre la junta directiva del organismo analizará si hubo avances en la transparencia de las estadísticas. Para entonces, estará listo el nuevo índice de precios nacional (IPC Nu) que contó con la colaboración del FMI para darle legitimidad.
El equipo financiero, en tanto, se repartió ayer entre la reunión del FMI y el Banco Mundial, el G-20 y los contactos con los abogados en Nueva York por la demanda de los fondos buitre.

Pagos. El Gobierno confirmó ayer que llegó a un acuerdo para el pago a cinco empresas con fallos a favor en el Tribunal del Centro Internacional de Arbitraje de Diferendos de Inversión (Ciadi), del Banco Mundial, por un total reclamado de US$ 677 millones, según indicaron a través de la agencia estatal Télam. Consultados por PERFIL, en el Ministerio de Economía señalaron que no habría comunicación oficial sobre el acuerdo que trascendió el jueves.
El pago será a las empresas Azurix (EE.UU.), CMS Gas (EE.UU.), Continental Casualty (EE.UU.), National Grid (Reino Unido) y Vivendi (Francia), contempla una quita del 15% sobre el capital adeudado y de 45% sobre los intereses, de manera que el descuento nominal global es de más del 25% del monto reclamado, lo que implica una quita por valor de US$ 171 millones.
Las mismas fuentes precisaron que el monto adeudado por capital se cancelará mediante la entrega de bonos que vencen dentro de tres años y medio (Bonar X), mientras que los intereses se pagarán con bonos que vencen dentro de dos años (Boden 15), computando en ambos casos su valor nominal. Se acordó además, que el 10% del pago, sea reinvertido en bonos Baade, es decir, unos US$ 67 millones. La propuesta destrabó créditos por US$ 3 mil millones con el Banco Mundial para los próximos tres años que se anunció el viernes, pero que todavía debe ser aprobado por el directorio del organismo.