El Gobierno no tiene aún un plan estratégico para la migración ordenada de más de un millón de clientes de Internet que, de no ser evitada judicialmente, se quedarán sin servicio en 90 días luego de que el Ministro de Planificación, Julio De Vido, anunciara la revocación de la licencia de Fibertel, marca de la principal fuente de ingresos del Grupo Clarín, Cablevisión, para operar en ese segmento en el que tiene al 25% de los hogares del país conectados por banda ancha.
Ayer tanto De Vido, como el interventor de la CNC, Ceferino Namuncurá, intentaron mitigar los daños colaterales de la resolución que dejó a la operadora de cablemódem de Clarín en riesgo de extinción. Los funcionarios trataron de frenar las críticas que usuarios del servicio disgustados con la medida hicieron llover sobre redes sociales en la Web y programas de radio. Los argumentos para llevar calma de los funcionarios se sintetizan en tres líneas de acción.