La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció ayer un acuerdo con los exportadores de cereales y oleaginosas mediante el cual el Gobierno autorizó a exportar un millón de toneladas de trigo y tres millones de toneladas de maíz.
Hay que destacar que se trata de cereal que los grandes exportadores, de eterno aceitado vínculo con el oficialismo, habían comprado en muchos casos hace tiempo y estaban esperando para vender al exterior, por lo que el tema no representa en los hechos avances en la desgastada relación que el kirchnerismo mantiene con los productores.
Pero lo que llamó la atención fue el mensaje que la Mandataria dedicó, obviamente, a los ruralistas: "Somos un modelo en el mundo de producción cerealera". Las palabras de Cristina hay que contrastarlas con las que se escuchan desde las entidades agrarias, hablando de estrepitosas caídas en las cosechas argentinas.
Para la Presidenta, sin embargo, el panorama es venturoso, ya que sostuvo que "en estos cinco primeros meses (de 2009) hemos incrementado las autorizaciones para exportación de carne en un 169 por ciento" respecto del mismo período del año anterior. Que el año anterior haya sido el del conflicto del campo, es un mero detalle. "Apenas nos faltan apenas 318 toneladas para completar el tope de 28.000 correspondientes a la cuota Hilton", dijo Cristina, mientras los productores señalan que en muy poco tiempo habría que importar carne en la Argentina.