Con una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires concluida, la organización de uno de los eventos culturales más importantes de Latinoamérica hace un meritorio balance. Sin dudas, el año electoral tiñó varias de las jornadas con los matices propios del clima electoral, habiendo pasado por sus salones más de una decena de políticos, líderes sociales y candidatos, en condición de autores y autoras de libros. Sin embargo, para la mayoría de los más de 1.180.000 personas que cruzaron las puertas de Av. Santa Fe 4201 y Av. Sarmiento 2704, la centralidad de la Feria giró en torno a sus protagonistas: los libros.
A contra marcha de lo que intuitivamente se podría pensar, entre los diez autores más buscado no figuran ni políticos, ni economistas, ni influencers. El “top ten” de escritores y escritoras más buscados estuvo encabezado por Stephen King, Eduardo Galeano, Florencia Bonelli, J.K. Rowling, Liliana Cinetto, Jane Austen, Gabriel García Márquez, Felipe Pigna, Julio Cortázar y Gabriel Rolón. Si bien se trata de una lista en la cual los gustos e intereses puede –sanamente- no coincidir, resulta interesante notar el peso que tuvieron los escritores argentinos (50% del total) y las mujeres (40%).
Entre las características que destacan los organizadores de la Feria están el afluente de jóvenes, desde los adolescentes hasta los jóvenes adultos, como los grupos etarios predominantes, sobre todo, aquellos provenientes del Gran Buenos Aires. Del mismo modo, uno de los fenómenos más novedosos que viene teniendo lugar desde hace cinco ediciones, es el de “booktubers”: jóvenes que abren un canal en YouTube para promocionar los libros que le gustan.
“Los desafíos que enfrenta la Feria se entrecruzan con los de todas las herramientas de la cultura, en continua reubicación económica y simbólica”, señaló Oche Califa, director Institucional y Cultural de la Fundación El Libro. “Lo simbólico no está en cuestión para el libro, objeto central de la cultura, pero el económico, sobre todo por los últimos años, debe ser ‘monitoreado’. Tenemos un gran lugar en el calendario mundial de ferias del libro que no debemos perder. Hay que trabajar en dos planos a la vez: el del negocio, como feria profesional, y el de promoción del libro y acontecimiento cultural”, enfatizó.
“Los desafíos que enfrenta la Feria se entrecruzan con los de todas las herramientas de la cultura, en continua reubicación económica y simbólica”, señaló Oche Califa
Como cada año, la cita se renueva y la expectativa por nuevos títulos, lanzamientos y eventos culturales dentro de la Feria irá aumentando hasta el próximo mes de abril.