Con el cuerpo algo sensible porque todavía tenía síntomas leves de fiebre, Mirtha Legrand regresó a la televisión y sentó a su mesa al personaje que le garantizaba un primer programa con alto rating y réplicas múltiples. Con la modalidad del “falso vivo”, es decir, se graba como si estuviera al aire y no se edita, el viernes a la noche, Javier Milei sentó a la mesaza de La noche de Mirtha junto a su pareja Fátima Florez.
Fátima fue la primera en llegar a la grabación que se hizo en un estudio que ella conoce. Ubicado en Zona Norte, allí se graba también Bailando 2023, y es uno relativamente nuevo que Nacho Viale alquila a la esposa de un poderoso empresario argentino, y éste a su vez sub-alquila a América para el mencionado ciclo. Después ingresó Mirtha Legrand vestida con un tailleur blanco que luego se cambiaría por un vestido rosa-lila de Claudio Cosano. Y un rato antes de comenzar la grabación llegó Javier Milei, quien también había estado en la puerta de esos estudios para representar como un actor de reparto del Bailando 2023, el encuentro –de casualidad– con Marcelo Tinelli.
En septiembre último y ante Tucker Carlson, Milei criticó al papa Francisco.
En el estudio Mirtha Legrand tuvo una hinchada familiar como nunca la hubo en otro primer programa. En piso siguieron toda la grabación Marcela Tinayre, Juana Viale y Ambar de Benedectis; además Amalia Molina, una de las amigas con asistencia perfecta de los te de los domingos que organiza Mirtha, y su amplio equipo de producción. Hubo un detalle que remitió al famoso video donde Mirtha explota ante Daniel Tinayre por un problema técnico en una grabación. Y ese momento fue cuando ella tuvo que repetir el inicio del programa. Esto no sería nada raro porque puede pasar, pero Mirtha ya no es la que protagonizó aquella escena ya mítica. A sus 96 años y con una vitalidad que es caso de estudio por lo excepcional, al set de grabación llegó después de atravesar casi cuatro días de un resfrío que parecía bronquitis, estaba aún tomando medicamentos, y además impecable sobre tacos de diez centímetros. De todas formas, no hubo escena porque lo importante estaba en lo que sucedería en la mesa con un Javier Milei que si no grababa ayer viernes, no tenía otro espacio en su agenda.
Ya sentados a “la mesaza”, Javier Milei tuvo varios ejes de lo que es su campaña, y Mirtha Legrand, sin ser lo incisiva que algunas veces con sus invitados, necesito de poco para que él dispare –nuevamente– contra dos figuras públicas. Una es el papa Francisco, de quien repitió que "¡es comunista" según su concepción actual del mundo. También volvió a decir que esas declaraciones sobre el Papa eran de hace seis años, aunque en septiembre último Milei lo había criticado en el reportaje a Tucker Carlson. El otro personaje que lo enerva y al que fustiga cada vez que puede es Patricia Bullrich. Al dato falaz sobre el accionar de ella en los años setenta que Milei tendrá que probar ante la Justicia, sumó más adjetivaciones, que incluyeron un acto delictivo del que la candidata de Juntos por el Cambio habría participado contra un intendente de Zona Norte durante la dictadura militar. También dijo que en su lista tiene escondidos muchos peronistas, y que ella no hablaba del caso Martín Insaurralde porque en su espacio había un personaje similar. Y como publicó Diario Perfil en su edición de hoy sábado, Javier Milei avanzó con críticas a los derechos humanos que seguramente celebrarán los genocidas que cumplen condena por crímenes de lesa humanidad.
En lo más personal y ante la consulta de Mirtha acerca de por qué era así de explosivo, Milei explicó que un poco se debe a lo que pasó en sus primeras incursiones mediáticas en América. En las apariciones en Intratables –un programa del canal América–, dijo Milei, le ponían como quince personas para fustigarlo y hacerlo enojar y vociferar para defender su postura.
En la mesa también estaba sentada Fátima Florez quien por sus intervenciones para aportar alguna cuota de humor, era una artista secundaria junto a dos protagonistas. Por momento, se la vio incómoda pero su papel ante Mirtha y Milei naturalmente estaba delimitado. ¿Mirtha le recordó a Fatima Florez cuando habló en esa misma mesa sobre que hubieron treinta mil desaparecidos durante la dictadura militar? No. Como se dijo anteriormente, la Mirtha incisiva –quizá por el estado gripal y la medicación– fue más diplomática. El rating lo tenía garantizado.