Masiva convocatoria en un clasico de la diplomacia local. Durante muchos años Uruguay fue considerada la Suiza del Cono Sur por su reputación como plaza financiera internacional. Desde la llegada del Frente Amplio al gobierno, la lucha contra el lavado de dinero hizo que aquel rótulo perdiera bastante sentido. Sin embargo, el embajador oriental en Argentina, Guillermo Pomi Barriola, puede decir que al menos en la porción de territorio uruguayo que él tiene a cargo sigue respirándose cierto aire suizo, pero en este caso no por cuestiones financieras sino por funcionar como un espacio neutral para todos los referentes políticos. Eso explica la variedad de personajes que desfilaron días atrás para celebrar el 188º aniversario de la declaración de Independencia charrúa. En los diferentes salones de la imponente residencia de la avenida Figueroa Alcorta tuvieron lugar encuentros impensados en otro tipo de foros, como el que mantuvieron el ex presidente Fernando de la Rúa con Héctor Recalde; el diputado y abogado laboralista fue quien denunció los sobornos en el Senado para la aprobación de la Ley de Reforma Laboral en abril de 2000, hecho considerado por muchos como el principio del fin del gobierno de la Alianza. Del mismo modo, podía verse al ministro de Seguridad, Arturo Puricelli, en amable diálogo con Rosendo Fraga, analista que en 2010 escribió un libro –Fin de ciklo– que vaticinaba la inminente debacle para el kirchnerismo. En la pequeña Suiza administrada por Pomi Barriola no faltaban temas para acompañar el cóctel. Uno de ellos era, por ejemplo, la dificultad que encontraron muchos funcionarios sudamericanos para llegar a la Cumbre de la Unasur en Surinam a causa de la quiebra de la línea aérea que cubría la combinación desde Venezuela hasta Paramaribo. Otra cumbre que seguía despertando comentarios era la visita de Cristina Fernández de Kirchner a Montevideo, en la que la mandataria argentina recibió las llaves de la ciudad, lo que levantó polvareda en la capital vecina pese a que se trató de un mero acto protocolar; en la embajada uruguaya recordaban, por ejemplo, que en 1990 el intendente de entonces le entregó el mismo reconocimiento a George Bush padre. El jefe comunal en cuestión era Tabaré Vázquez. De lo que no se recuerdan antecedentes, en cambio, en Uruguay, es de un presidente argentino que haya llevado hinchada propia a una misión bilateral, como sucedió con CFK, que contó con una nutrida comitiva de jóvenes de La Cámpora que viajaron desde Buenos Aires para alentarla. El empresariado nacional también tuvo una importante representación en el cóctel en la residencia de Palermo, y se los vio entre otros a Alberto Roemmers, el neomassista José Ignacio de Mendiguren, Daniel Funes de Rioja, Cristiano Rattazzi, Martín Cabrales y Sebastián Eskenazi, a quien para no incomodar evitaron hacerla pregunta alguna sobre YPF, Galuccio y el Gobierno; y mucho menos por la verborragia antikirchnerista que su mujer destila cuando la invitan al ciclo Intratables, de América TV. Como para corroborar que el rango de amistades del embajador Pomi es más que amplio, estaban Mirtha Legrand, Gabriel Corrado –entusiasmado con un emprendimiento en suelo uruguayo del que no quiso dar muchas precisiones– o Iván de Pineda, que se mezclaban entre diplomáticos como Dante Dovena, gremialistas como Hugo Yasky –que tuvo un paso fugaz por la recepción– o el delantero de San Lorenzo de Almagro, Martín Cauteruccio; no es que el dueño de casa se haya sumado a la fiebre por el Santo de Boedo desatada por el papa Francisco, sino que el jugador es montevideano de nacimiento. Estuvo también, con llamativo perfil bajo, Mauricio Macri, quien llegó solo al lugar y agradecía las estimaciones del Servicio Meteorológico que señalan que este año la Ciudad no será golpeada por la Tormenta de Santa Rosa. Se los vio además a Daniel Hadad –contento de haber esquivado la actual polémica por la Ley de Medios después de haberle vendido sus radios al empresario kirchnerista Cristóbal López– al ex titular de La Rural, Luciano Miguens, al consultor político Fabián Perechodnik –quien repetía que no tenía nuevas encuestes post las PASO– y a Ricardo Gil Lavedra, de buen humor pese a que no tuvo una gran performance en las elecciones internas y no podrá pelear en octubre por la renovación de su banca en la Cámara de Diputados.
Amigos y competidores. Federico Sturzenegger, del PRO, y Pino Solanas, de UNEN, tienen una amistad que data de los 90, cuando el primero era profesor en la UCLA, en Estados Unidos, y Solanas solía ser invitado por esa universidad a disertar como cineasta. El primero era quien lo recibía y solían salir a comer y pasear. “El sabe que me hice de abajo, me conoció cuando daba clases y estudiaba”, recuerda el banquero, que guarda un afecto por Solanas que hace campaña contra la explotación petrolera a base de fracking. A propósito, Sturzenegger –que fue economista jefe de YPF entre 1995 y 1998– suele decir que en ese punto Solanas está muy equivocado, mal asesorado y que, “como amigo”, se ofrece a explicarle sobre el tema.
¿de ‘6,7,8’ a la UBA? La próxima semana, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA se elegirán autoridades. Sin duda, la disputa que concentrará toda la atención será la que defina la dirección de la carrera de Ciencia Política. No sólo porque se presenta para el cargo el panelista de 6,7,8, Edgardo Mocca, apadrinado por Juan Manuel Abal Medina y La Cámpora. En el contexto de la victoria de 2011 de CFK en las primarias, referentes del Gobierno y la organización juvenil no pudieron vencer al actual director Luis Tonelli –quien va por su reelección–, y tal fue la presión que recibió que escribió un tuit post victoria que a los minutos fue borrado: “Se vinieron con La Cámpora a copar la carrera, con Máximo, Wado, Recalde y el Cuervo en persona y se comieron flor de p...”. Para evitar que aquello se repita, candidatearon a Mocca, cuya presencia televisiva, piensan en la Jefatura de Gabinete, puede asegurarles el triunfo.
Humor papal. Hace uno diez días, el subjefe de la Metropolitana, Ricardo Pedace, fue recibido por el papa Francisco. El pope de la policía de la Ciudad suele contar una anécdota entre amigos sobre ese encuentro en el que le contó a Bergoglio que es amigo de los legisladores Cristian Ritondo y Roberto Quattromano, quienes realizaron un importante homenaje en la casa porteña del Papa, quien, enterado de ese evento y entre risas, respondió: “¿Esos dos están buscando el perdón?”.
De Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Tantos años llamando la atención por sus intervenciones, declaraciones, morisquetas y gesticulaciones, finalmente Guillermo Moreno –en versión Dr. Jekyll– logró sorprender a un grupo de empresarios y banqueros por mantenerse callado y apartado de la mesa central de discusión. Fue en el Salón Mujeres Argentinas de la Rosada, durante la reunión en la que Cristina Kirchner convocó para comunicar las modificaciones del impuesto a las ganancias. “Sedado”, fue la palabra que más de uno de los presentes utilizaron para describir al secretario de Comercio, que observó el encuentro junto a su álter ego Beatriz Paglieri. Luego de su ausencia en el primer encuentro con empresarios, que se había realizado en Río Gallegos, los empresarios convocados no pudieron evitar comentar esta nueva pose relajada de Moreno, y se levantaban apuestas sobre cuándo volverá a mostrar su visceralidad. Un hombre del sindicalismo arriesgó que el fallo de la Corte sobre la Ley de Medios podría ser una ocasión para el regreso de Moreno en versión Mr. Hyde.