El público arriba en micros que la propia productora asigna para que puedan presenciar el programa. Baja y se dirige a las gradas que constituyen una tribuna que, al verla, resulta modesta al lado de lo que se ve en pantalla.
Chismes de peluquería. Con el deseo de no generar peleas y discusiones, los productores les brindan a los peinadores una lista donde se especifica el turno que tiene cada una. “Cuba” es el responsable de las cabezas participantes, y tiene bajo su mando a dos peluqueros. Según confiesa, “me piden algunas cosas raras, pero nada del otro mundo”. Lo que remarca es que “las extensiones se han vuelto una adicción, todas se las quieren poner. Es peor que las operaciones: cuanto más se hacen, más quieren”.
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