El día a día se vive con una sonrisa; sin importar si ese día es el que culminó con una batalla campal, coronada con dos allanamientos. Así al menos lo creyó ella, la ex mujer del conductor que lidera la preciosa mercancía que es la intimidad de los otros.
Después de separarse, Silvia D’Auro atacó, directa, constantemente. Y, como un boxeador inteligente, que recibe paciente los golpes contra las cuerdas del ring, Jorge Rial esperó hasta tenerla bien cerca; para que creyera que podía dar el gancho final. Y Silvia se la creyó: salió a hacer eso que él conoce bien, hablar.
Horas más tarde, la persona con la que alguna vez la unió el amor se convertía en quien puede ponerla en una situación judicial inesperada. Entonces ella cambió de estrategia: llegó el momento del silencio y la autoayuda. El Twitter que hasta hace unos días estaba lleno de provocaciones y encono fue reemplazado por frases de Osho.